MENOS IMPORTADOS

Consumir local es bueno para tu salud, el medio ambiente y el país

Los productos que viajan más kilómetros tienen más impacto al generar más gases de efecto invernadero, mientras que aquellos cosechados más cerca del lugar de compra son más ecológicos.

Foto: Pixabay
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Hay muchísimas razones ecológicas para comprar alimentos locales, desde reducir la huella de carbono de las comidas que consume hasta evitar la destrucción por parte de agronegocios de ecosistemas únicos como la selva amazónica o bosques asiáticos.

Pero una investigación publicada por la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, descubrió otro beneficio sorprendente para la agricultura local: también es mejor para la tierra de los países que actualmente importan gran cantidad de alimentos.

Esto se debe a que, cuando los cultivos locales se ven desplazados por productos agrícolas importados más baratos, las tierras aptas para siembra se ponen en servicio para producir cultivos menos sostenibles, con consecuencias ambientales para el país importador. La conclusiones del estudio contradicen de la sabiduría popular, que sostenía que los países importadores se beneficiaban del comercio mundial de alimentos a expensas ecológicas de los países exportadores.

Comprar local es mejor

«A menos que se vea al mundo de una manera sistémica y holística, se pasarán por alto los costos ambientales», dijo Jianguo Liu, autor del estudio y el director del Centro de Integración de Sistemas y Sustentabilidad de Sistemas de la Universidad Estatal de Michigan.

Para llevar a cabo ese examen sistémico, los autores del estudio observaron el comercio internacional de soja.

Como explicó la Escuela de Silvicultura y Estudios Ambientales de Yale, Brasil es el segundo mayor productor mundial de soja, y sus esfuerzos por faciltar  la tierra para esa producción es un «impulsor importante de la deforestación de la cuenca del Amazonas».

Pero el estudio encontró que el comercio también perjudicó a países como China, que es el mayor importador mundial de soja. A medida que China importa cada vez más soja, los agricultores locales ya no pueden competir y convirtieron sus campos a cultivos como el maíz y el arroz, que requieren más nutrientes para crecer y, por lo tanto, aumentan la contaminación por nitrógeno y se vuelven más costosos para producir.

Los investigadores revisaron exhaustivamente además 160 casos en seis continentes y descubrieron que los niveles de nitrógeno subieron cuando los campos en los países importadores pasaron de la soja a otros cultivos más exigentes como el trigo, las verduras, el maíz o el arroz.

 

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