SOBREVIVENCIA

Hay peligrosas enfermedades atrapadas en el hielo, y se están liberando por el calentamiento global

A lo largo de la historia, lo humanos hemos convivido al lado de virus y bacterias, desde la peste bubónica hasta la viruela, y hemos evolucionado para sobrevivirlas. Pero, si se despiertan aquellas plagas que han estado atrapadas en el hielo por millones de años, ¿estaremos preparados para aguantarlas?

Capas de permafrost, notablemente liquidificadas por el incremento de las temperaturas. Foto: Pixabay
Capas de permafrost, notablemente liquidificadas por el incremento de las temperaturas. Foto: Pixabay

Hemos tenido antibióticos por casi un siglo, desde que Alexander Fleming descubrió la penicilina. En respuesta a ello, las bacteria han evolucionado para volverse resistentes, y la batalla parece ser eterna. Debido a que pasamos demasiado tiempo con sistemas de control de agentes patógenos, estamos en una era de estancamiento evolutivo, y no hemos mejorado de forma natural nuestro sistema inmunológico.

Pero, ¿qué pasaría si de pronto nos expusiéramos a bacterias mortíferas y letales virus que han estado ausentes por miles o millones de años, y con los que nunca antes nos hemos topado?

El cambio climático está derritiendo los suelos de permafrost (conocidos también como permahielo o permagel) las capas de suelo permanentemente congelado —pero no permanentemente cubierto de hielo o nieve— de las regiones muy frías o periglaciares. Al quedar al descubierto capas de agua que no se habían descongelado por siglos, también se liberan virus y bacterias que, habiendo estado en una suerte de estado de criogenia, están volviendo a la vida.

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Ya están de vuelta entre nosotros

En agosto de 2016, en la remota Península de Yamal, en la tundra siberiana, dentro del círculo polar ártico, un niño de 12 años falleció y al menos otras doce fueron hospitalizadas después de infectarse con ántrax.

La teoría es que hace más de 75 años, falleció un reno que estaba infectado con la bacteria Bacillus anthracis, causante del ántrax, y su cadáver quedó sepultado por una intensa nevada, que luego fue presionado por el peso y se convirtió en permafrost. Las capas se mantuvieron estables hasta una ola de calor que vivió la zona en 2016, y el permafrost se descongeló dejando el cadáver del animal expuesto al aire, suelo y agua. Posteriormente, las personas bebieron el agua contaminada y se contagiaron.

El temor de los científicos es que este caso no sea aislado, y se presenten otros contagios. Mientras la Tierra se calienta, más permafrost se va derritiendo, y se van liberando virus y bacterias al ambiente.

Las temperaturas en el círculo polar ártico están elevándose rápidamente, hasta tres veces más rápido que el resto del planeta, por lo que el hielo y el permafrost están volviéndose agua, llevando poderosos agentes infecciosos a los torrentes acuíferos potables.

«El permafrost es un ambiente ideal para que los microorganismos se conserven congelados: está sumamente frío, no hay oxígeno y está oscuro», asegura el biólogo evolucionista, Jean-Michel Claverie, de la Universidad Aix-Marseille, de Francia. «Los virus patógenos que pueden afectar humanos o animales podrían estar preservados en perfectas condiciones en estas capas de permafrost, incluyendo algunas que causaron pandemias globales en el pasado», alertó el experto.

Por ejemplo, en la década de 1890, hubo una gran epidemia de viruela en Siberia. Un pueblo de esta zona perdió más del 40% de su población por culpa de la enfermedad. Sus cuerpos fueron enterrados encima de capas de permafrost, cerca del río Kolyma. 120 años después, el río están empezando a erosionar los bancos de tierra y arena de sus riberas, donde están algunos de los cadáveres, posiblemente conservados en buen estado al igual que los virus.

En 2005, científicos de la NASA llevaron a cabo un experimento en el que lograron revivir de forma exitosa una bacteria que había estado congeladas en un lago de Alaska por 32.000 años. Estos microorganismos, llamados Carnobacterium pleistocenium, existieron cuando aún los mamuts caminaban por la faz de la Tierra.

Dos años después, otro grupo de científicos revivieron una bacteria de 8 millones de años que había estado dormitando en el hielo, debajo de las capas de los glaciares Beacon y Mullins, en la Antártica.

Los virus que afectaron a los primeros grupos de humanos que poblaron el Ártico podrían volver a emerger. Podríamos encontrarnos con pestes con las que no hemos tenido que lidiar por miles de años, lo que significa que nuestras defensas no están preparadas para combatirlas.

Neanderthals once lived in Siberia (Credit: The Natural History Museum/Alamy)

Algunos restos de neandertales, que residieron en el norte de Rusia hace 30.000 o 40.000 años, han sido hallados recientemente, y los científicos creen que las enfermedades que tuvieron podrían estar retornando a la vida.

«Existe la posibilidad de que podamos contagiarnos con enfermedades que tuvieron los neandertales, por lo que la idea de que algunas enfermedades han sido erradicadas del planeta sería errónea», concluyó Claverie, quien está seguro de que la raza humana debe prepararse para enfrentar nuevas pestilencias como consecuencia del calentamiento global.

 

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