¿MITO O REALIDAD?

Nuevas evidencias del cambio climático en la era negacionista de Trump

Una de las más controversiales ideas sobre el cambio climático acaba de encontrar evidencia a su favor. ¿Es mito o realidad el calentamiento global?

Desde el año 2012, los científicos han estado debatiendo una idea francamente explosiva y compleja sobre cómo el calentamiento global alterará los diferentes climas en varias zonas del planeta. Si la idea termina siendo correcta, tendría profundas implicaciones en el hemisferio norte y, especialmente, en algunas zonas donde viven cientos de millones de personas.

La hipótesis plantea que el cambio climático no solamente incrementa ciertas ráfagas cálidas del norte, o el volumen de lluvia, sino que también afecta el flujo histórico del clima en sí. Al alterarse patrones de aire masivos, como la de la Corriente en Chorro del Atlántico Norte (CCAN), que fluye de oeste a este en el hemisferio norte, la tendencia de calentamiento del planeta hace que algunos climas típicos de las estaciones se queden por más tiempo del que usualmente lo hacen. Esto significa que un patrón climático dado, cualquiera que sea, puede persistir por más tiempo, causando inundaciones en algunos casos, o sequías severas en otros.

Idea controversial ahora con evidencia

Según un estudio publicado en nature.com, algunos periodos de climas extremos en el verano del hemisferio norte han demostrado estar asociados con la presencia de ondas de Rossby cuasiestacionarias de alta amplitud. Estas ondas están formadas por aire cálido que gira alrededor del planeta ondulando acercándose y alejándose del Polo Norte.

Michael Mann, científico de la Universidad Estatal de Pennsylvania, junto con un grupo de institutos de investigación de Estados Unidos, Alemania y Países Bajos, encontraron que, al menos en la primavera y el verano del norte, el flujo y la frecuencia de las ondas está cambiando drásticamente, causando que algunos momentos climáticos se queden por más tiempo.

«Este estudio agrega evidencia de la clara influencia humana en devastadores eventos climáticos, como la fuerte ola de calor en Europa en 2003, las inundaciones en Pakistán y la ola de calor en Rusia en 2010, las altísimas temperaturas récord en Texas en 2011, y las recientes inundaciones en Europa», afirmó Mann.

Pero, ¿cómo dice el estudio que afecta el cambio climático a la Corriente en Chorro del Atlántico Norte?

La investigación habla de cosas complejas, como «ondas de escala sinóptica» o «amplificación cuasiresonante», términos que necesitan de mucha más información para entenderlos. Pero hay formas de explicar cómo está cambiando el clima en el hemisferio norte: la CCAN fluye en forma de ondas de oeste a este, guiada por la rotación de la Tierra y las diferentes temperaturas entre el Ecuador y el Polo Norte.

Cuando el Ártico se calienta más rápido, entonces el Ecuador también sufre de temperaturas calientes -lo que forma parte importante del calentamiento global- y es entonces cuando la CCAN se vuelve más débil y elongada.

Como consecuencia de esta alteración, los veranos van a tender a ser más calientes y prolongados, causando olas de calor insoportable que podrían ocasionar la muerte de millones de personas.

John Fyfe, uno de los científicos involucrados en el estudio, e investigador del Centro Canadiense para el Modelado y Análisis del Cambio Climático, afirmó que «está bien establecido que ha habido influencia humana en la circulación atmosférica del hemisferio norte (. . .) no creo que el estudio esté totalmente desarrollado o que el alcance de sus implicaciones esté bien explorado, pero creo que Mann y su investigación son un buen comienzo».

Fyfe hace referencia a que este documento solamente cubre extremos climáticos en primavera y verano, mientras que para lo que ocurrirá a largo plazo en otoño e invierno, se deberán revisar muchos más datos.

Michael Mann será uno de los científicos que testifiquen frente al Congreso de Estados Unidos para evitar que se reviertan más medidas contra el cambio climático, en un panorama en que el presidente Donald Trump lo niega completamente y más bien incentiva todo tipo de industrias contaminantes.

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