El Día Internacional de los Bosques hace un llamado a proteger esos entornos naturales

Este año, la ONU recuerda la importancia de la dendroenergía, que es aquella que proviene de los árboles y en cómo ésta ayuda de manera significativa a mejorar la vida de las personas, fomentar el desarrollo sostenible y contrarrestar el cambio climático.

La madera, como fuente de energía renovable, proporciona más energía que la generada por el sol, el agua o el viento. En la actualidad, la madera es el 45% del suministro de energías renovables del mundo (27% en África, 13% en Latinoamérica y el Caribe y 5% en Asia y Oceanía). Juega un papel importante, tanto en los países en vías de desarrollo como en los industrializados, pues más de la mitad de la producción mundial de madera -unos 1.860 millones de metros cúbicos- se usa como fuente de calor para cocinar, calefaccionar y generar electricidad. O sea que, gracias a los combustibles que provienen de masas boscosas, conocidos como dendrocombustibles, 2.400 millones de personas pueden cocinar, hervir agua y calentar sus viviendas.

Apoyo económico y ecológico

Unas 900 millones de personas en los países en vías de desarrollo se dedican al sector energía de origen forestal. La modernización en este sector puede ser un auge importante para las economías rurales y estimular el desarrollo empresarial. Un aumento en la producción de dendroenergía y dendrocombustibles avanzados puede proporcionar ingresos para financiar una mejor gestión forestal, más bosques en crecimiento y más puestos de trabajo.

Los árboles contribuyen además a mejorar la calidad de vida en las ciudades, ahorrando mucho en consumo energético. La colocación estratégica de árboles en zonas urbanas pueden enfriar el aire entre 2 y 8 grados centígrados.

Una mayor participación de las sociedades y de los sectores industriales en la preservación de los bosques hará que nuestro futuro sea más verde, por el bien de todo el planeta.