HUELLA HÍDRICA

El vino y el calentamiento global: el agua del planeta en una copa

Un nuevo concepto empieza a instalarse en la mente de los consumidores. A pesar de ser un elemento ahora considerado por muchas personas, aún está en pañales y es poca la oferta en el mercado. Otra característica también se suma al cuidado del medio ambiente: la huella hídrica.

Foto: Pixabay
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Ya no se trata de consumir productos que utilicen materias primas biodegradables, o que sus procesos sean limpios o respetuosos con el medio ambiente: el consumo de un producto también tiene que ver con todo el carbono que se generó desde la producción de sus materias primas hasta el último minuto que estuvo en la góndola del supermercado. A todo este trayendo de contaminación se le llama «huella de carbono».

La huella de carbono es la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto.

Por otra parte, también existe la «huella hídrica»: es la cantidad de agua utilizada en la elaboración de un producto, o consecución de un servicio.  Se mide en volumen de agua consumida, evaporada o contaminada, ya sea por unidad de tiempo para individuos y comunidades, o por unidad de masa para empresas.

Agua y vino

Para algunas bodegas, cuantificar las emisiones de GEI que se emiten durante el ciclo de vida de una botella de vino se está convirtiendo en algo primordial, y para algunos consumidores, conocer la cantidad de carbono que emitió y el agua usada en el vino que van a comprar es tan importante como saber su precio y, sin duda, es parte de su valor.

Algunos viñedos de otros países vitivinícolas de la región y del mundo han empezado a tomar conciencia de ello, no siempre por iniciativa propia, sino que a veces han sido empujados a ello por el mercado cada vez más atestado de consumidores conscientes de que todo lo que compramos y comemos tiene un impacto ambiental. Tal es el caso del viñedo Concha y Toro, de Chile, quienes se hicieron certificar por la Water Footprint Network (WFN) y la Fundación Chile en el bueno manejo del agua. Diversos estudios llevados a cabo por esta compañía junto con las organizaciones determinaron que sus viñedos usan 40% menos agua que la media mundial en la elaboración del vino. Además es la primera viña del mundo en trabajar bajo la metodología WFN para seguir aprovechando al máximo el agua y evitando su desperdicio.

Otra empresa que está implementando la reducción en su huella hídrica es Backsberg Wines, vinos originarios de Sudáfrica, quienes implementaron técnicas de producción aprobadas por The Carbon Standard, una certificación internacional de carbono neutral altamente reconocida.

Usualmente, la producción de una botella de 750ml de vino requiere de 660 a 720 litros de agua, pero muchas empresas a nivel mundial están tratando de reducir ese impacto.

Australia también está viendo la aparición de vinos carbono neutral y con baja huella hídrica. Tal es el caso de Cullen Wines, compañía que tiene proyectos de reforestación de especies nativas de la zona de Wilyabrup, Australia Occidental. Además el consumo eléctrico está alimentado por paneles solares instalados en todos sus galpones y edificios de producción.

En Uruguay, varios viñedos están poniéndose al corriente con esta nueva ola de consciencia ecológica. La bodega Los Ecológicos ofrecen vinos cuyo cultivo se da en armonía con el medio ambiente, sin uso de fungicidas de síntesis química sustituyéndose por productos a base de cobre y azufre (originarios de la tierra), uso de fertilizantes naturales como lo es el compost de estiércol animal y residuos vegetales, el no uso de herbicidas siendo substituidos por el laboreo manual y así en adelante la sustitución total de elementos que contengan en su composición productos de origen químico, contándose además con la pureza de las aguas subterráneas que hasta la fecha están totalmente libre de contaminación. Además se han certificado como aptos para diabéticos, al no contener trazas de azúcar.

En la Argentina existe el foro argentino por la vitivinicultura sustentable (FIAVIS), un grupo de trabajo multidisciplinario que procura generar prácticas que aseguren la sostenibilidad de la industria vitivinícola del vecino país. Este ente aspira a generar conciencia tanto en la sociedad como en la industria vinícola acerca de cómo implementar políticas de desarrollo sustentable.

La organización Water Footprint Network ofrece en su página web este sistema para calcular la huella hídrica.

 

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