FILANTROPÍA

Multimillonario dona tierras para crear un parque nacional en Argentina

La viuda heredera de un famoso filántropo donó al gobierno argentino una gigantesca extensión de terreno y firmaron un acuerdo para crear un parque nacional.

Foto: CLT Argentina.
Foto: CLT Argentina.

Kristine Tompkins, viuda del filántropo conservacionista Douglas Tompkins, firmó un acuerdo de donación de terrenos para crear el Parque Nacional Iberá. Las tierras que componen esta futura área protegida fueron previamente adquiridas y restauradas de forma ecológica.

Esteros de Iberá es el segundo humedal más grande del mundo y se encuentran en la provincia de Corrientes, al noreste de Argentina. El nuevo parque se encontrará al norte de esa provincia en la región conocida como «Sector Cambryretá» y cuenta con 150.000 hectáreas que serán donadas gradualmente para ir adecuando los controles provinciales y nacionales. Este nuevo proyecto es de dimensiones monumentales y se sumará al ya existente Parque Provincial Iberá que tiene una extensión de 550.000 hectáreas, formando el mayor parque conservacionista del vecino país.

Filantropía ecologista

Douglas Tompkins fue un famoso empresario estadounidense fundador de marcas de ropa como The North Face y Esprit, y en vida decidió adquirir miles de hectáreas de tierra en Chile y Argentina para resguardar su condición silvestre. Creó la fundación The Conservation Land Trust (CLT) que es dirigida por su esposa, responsable de la donación.

En Argentina, en multimillonario compró más de 60.000 en Santa Cruz y, junto a la ONG Fundación Vida Silvestre, crearon el Parque Nacional Monte León, donado al Estado.

Una de las amenazas a Iberá es la plantación de pinos industriales que presiona hacia la eliminación de la flora autóctona. Foto: CLT Argentina.
Una de las amenazas a Iberá es la plantación de pinos industriales que presiona hacia la eliminación de la flora autóctona. Foto: CLT Argentina.

En Chile también crearon los Parques Nacionales Pumalín, Corcovado y Yendagaia.

El nuevo Parque en Corrientes supondrá, además del beneficio ecológico, una posibilidad turística y económica para sus pobladores. Además de conservar lagunas, bañados, fauna autóctona y especies en riesgo de extinción, el ecoturismo podrá ser una fuente de ingresos importante para la provincia.

Según CLT Argentina, con la creación del parque esperan contrarrestar las amenazas a la biodiversidad de la zona. Con la creación de la Reserva Provincial, la caza furtiva comenzó a controlarse y muchos mariscadores fueron convertidos a guardaparques. De esta forma, algunas especies empezaron a recuperar sus números poblacionales y hoy vuelven a ser comunes y observables. Si bien actualmente no existe una actividad de caza como la que se verificó en el pasado, se registran eventos aislados de furtivismo, especialmente por parte de “cazadores deportivos” que pagan grandes sumas de dinero para obtener trofeos, en especial de ciervo de los pantanos.

Cerdo cimarrón, parte de la fauna autóctona de la zona. Foto: CLT Argentina.
Cerdo cimarrón, parte de la fauna autóctona de la zona. Foto: CLT Argentina.

La sobrecarga de ganado también es un problema. Si bien es una de las actividades productivas que puede convivir con los valores naturales de esta región (ya que en general se realiza sobre pastizales naturales sin reemplazar a estos ambientes), a veces se verifican cargas animales mayores a las que el campo puede soportar y comienzan procesos de degradación de los ecosistemas, además de la competencia por espacio y alimento con herbívoros nativos como los venados de las pampas y las corzuelas. En algunos sectores, los pastizales naturales han comenzado a ser reemplazados por cultivos de pasturas, con lo cual la flora y fauna nativa desaparece casi por completo.

La siembra de arboles maderables de forma industrial es una presión a los ecosistemas naturales de la zona. Pino maderable es sembrado constantemente por empresas y aserrado constantemente para la producción de madera y papel, lo que afecta a la flora autóctona. «En CLT creemos que deben reemplazarse las plantaciones de pinos Elliotis ya existentes por otras especies de pinos sin capacidad invasora o con menos capacidad invasora, además de introducir técnicas de manejo que eviten la invasión (por ejemplo, el desarrollo de cortinas de especies no invasoras en la periferia de las plantaciones de pino Elliotis)», afirman desde la ONG.

 

 

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