CRISIS EN CIERNES

Especies polinizadoras, además de las abejas, entran a fase de extinción y la propagación vegetal global corre alto riesgo

La desaparición masiva de las abejas en Europa, América y buena parte de Asia, sigue siendo una interrogante compleja para los científicos que ahora advierten una novedad todavía más peligrosa que la muerte de las fabricantes de miel: otras especies polinizadoras, han comenzado a entrar en fase de extinción.

abejasEl informe publicado por un organismo dependiente de Naciones Unidas, IPBES (Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services), responde algunas de las preguntas sobre biodiversidad y ecosistemas que refieren al punto de la polinización imprescindible para la multiplicación de los vegetales en la Naturaleza. La “Primera evaluación global de las amenazas a los organismos polinizadores de las plantas en el mundo”, ha sido publicada en Kuala Lumpur, Malasia, y básicamente señala que sin un trabajo conjunto e internacional, el número de especies que contribuyen a la producción de alimentos en el mundo está enfrentada a una desaparición a escala nunca conocida en la historia humana.

El documento refiere a las 20.000 especies de abejas silvestres conocidas, pero también a las mariposas, polillas, escarabajos, aves y murciélagos que contribuyen a la difusión del polen.

Algunos números de la crisis en potencia

Los cultivos que dependen de la polinización conforman 35% de la producción mundial  y reportan más de 580.000l millones de dólares anuales, en el marco de un sistema agrícola, que genera millones de puestos de trabajo en todo el mundo.

De los vertebrados que ofician como transmisores de polen, más del 17% están en peligro de extinción, en especial las aves. En cuanto a la desaparición de las abejas y otros insectos, el informe reconoce que no es posible cuantificar aún el fenómeno pero que están “sometidos a una gran amenaza”.

Básicamente la causa del problema radica en prácticas agropecuarias agresivas en las que cada una de las hectáreas disponibles se ocupa para cosechar especies únicas y hacen desaparecer los espacios con flores silvestres y cultivos de cobertura que brindan alimento a las polinizadoras. El segundo gran problema es que la actividad agropecuaria, implica el uso constante de pesticidas donde los insectos son altamente vulnerables. Los parásitos y patógenos afectan igualmente a las abejas, aunque frente a ellos la supervivencia natural se impone todavía en general.

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