Día Mundial de la Conservación de Suelo, recuerda el mayor problema ambiental en Uruguay: la erosión

Ya 5000 años antes de Cristo, fuertes procesos erosivos en las tierras que cultivaban babilonios, fenicios y otros pueblos son identificados por los historiadores, pero aquellos pueblos no asociaron el fenómeno debido a la lluvia sobre sus suelos ondulados y desnudos tras el desmonte de los bosques y la desaparición de las praderas naturales. Así se generaron las primeras grandes áreas erosionadas.

Con el paso de los siglos los agricultores asociaron los temas y comenzaron a aplicar prácticas para cultivar el suelo sin erosionarlo. En EEUU, a comienzos de siglo XX, Hugh Hammond Bennet, científico pionero en la lucha contra la erosión, publica sus primeros trabajos, sobre los que se asientan aún hoy las bases para enfrentar la degradación de los suelos. En memoria de su desaparición física se instituyó el día 7 de Julio como el Día de la Conservación del Suelo.

Actualmente la elaboración de técnicas y prácticas de conservación son priorizadas en los países desarrollados, tanto en lo que refiere a la erosión hídrica como a la eólica. Además atiende fenómenos crecientes como el transporte (traslado de detritos), meteorización y sedimentación.

La interacción en beneficio de cuidado de los suelos está directamente relacionada con las posibilidades de educación e inversión de los pueblos agrarios, lo que suele generar problemas sin resolver, pero que urgen en tanto la degradación no se detiene.

Uruguay enfrenta su peor problema ambiental

Desde la Dirección General de Recursos Naturales del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, se considera a la erosión como “el problema ambiental más importante que tiene Uruguay” en el entendido que su enfoque de acompañar el crecimiento de la agricultura de los últimos años.

En esa línea las autoridades han presentado planes de uso y manejo responsable de suelos, obligatorias para las zafras de cultivos de invierno principalmente. Las planificaciones de rotación de cultivos, o de cultivos y pasturas, con estimaciones de erosión por debajo de nivel de tolerancia son consideradas imprescindibles para el mantenimiento del recurso.