Expansión del Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico que cumple 7 años en cada vez más países
Algunas fechas vinculadas a la ecología alcanzan inmediato reconocimiento oficial y otras no: tal el caso del Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, al que adhieren miles de organizaciones de protección ambiental en el mundo, pero las autoridades en general se limitan a “mirar de afuera”, con la sonrisa cómplice de los fabricantes de estos insumos.
El día internacional, está logrando avanzar lenta, pero expansivamente en la reducción del uso de bolsas de plástico y su reemplazo por hábitos responsables y que dejen atrás el alto peligro que estos tan inofensivos utensilios plantean. Si usamos una bolsa de plástico cada día y medio –un promedio global muy por lo alto- estaremos tirando cada año un mínimo de 200 bolsas, una cifra que traducida al planeta significa un consumo de dos millones por minuto, 500 billones de bolsas plásticas por año, la mayoría de las cuales son derivadas de hidrocarburos no degradables y necesitan entre 200 y 400 años para su degradación. Los mares son los principales destinatarios de estos envoltorios, y se estima que cada hora llegan a sus aguas más de un cuarto de millón de quilos de basura plástica. La bolsas de plástico tienen en definitiva como uso una media de vida útil del orden de los 12 minutos y su degradación puede alcanzar hasta los 500 años.
Lo peor de la situación no es en la ciudad: es en el mar
Los ecologistas que convocan a festejar este día, apuntan que el principal problema se vive en los mares del mundo, pese a que para la mayoría es en las ciudades, donde lo ven a cada rato. Los analistas oceanógrafos reconocen que el plástico es ya el mayor de los residuos marinos y algunas estimaciones sitúan por encima de los 50 pedazos de plástico flotante, en su mayoría bolsas, los que hay en cada metro cuadrado de los océanos.
Las bolsas de plástico se han convertido en uno de los mayores problemas para la supervivencia de muchas especies marinas. Particularmente los mamíferos, las aves y las tortugas, sufren de enredos o ingestión, siendo trampas mortales en el corto lapso.
Otros de los puntos denunciados en esta jornada es que en los procesos productivos los plásticos para bolsas reciben una serie de aditivos químicos para aportar elasticidad, durabilidad, color, y demás, aditivos permanecen hoy en día sin identificación sanitaria, debido a la reserva de las empresas que las fabrican.
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