La actividad humana sigue matando a las tortugas

 

En los últimos días fueron halladas muertas dos nuevas tortugas gigantes en costas uruguayas. Ambas tortugas pertenecen a la familia de las «cabezonas», una especie de tortuga de gran tamaño que nace en las aguas de Brasil y que suele venir a alimentarse al Río de la Plata. Las tortugas fueron halladas sin vida en la playa de Carrasco y en la playa de Portezuelo de Punta del Este.

Éstas se suman a decenas de tortugas que se vienen encontrando en las playas uruguayas en esta temporada, generalmente en Rocha, pero que últimamente también han aparecido en Canelones, Maldonado y Montevideo.

LARED21 conversó con Virginia Ferrando de la ONG Karumbé, dedicada a la protección y rescate de tortugas marinas, que explicó que el diagnostico de las causas de muerte no es fácil de hacer, pero se manejan indicios que a lo largo de los 15 años que tiene la organización trabajando en el tema, muestran que la mayoría de las muertes son consecuencias de la actividad humana, «la pesca que es la principal causa de muerte y después la basura». El peor tipo de pesca es la de arrastre, pero la artesanal, la deportiva y todos los otros tipos también afectan a las tortugas, muchas veces las redes que quedan sueltas las ahorcan, amputan aletas u otras extremidades.

En relación a cuál sería la solución para evitar que estas prácticas acaben con la vida de las tortugas, Virginia Ferrando explicó que una forma es hacer leyes para evitar la pesca en zonas donde se sabe, gracias a la base de datos que tienen generada, que son lugares de alimentación para las tortugas y donde hay una población numerosa. Y agregó que hay pescas como la de arrastre que directamente deberían prohibirse, ya que es un tipo de pesca que arrasa con todo el fondo marino generando pesca incidental de especies que no están destinadas al consumo humano, perjudicando la reproducción de los peces y a la pesca en sí, porque mata las larvas y ahogando a los animales como las tortugas que necesitan salir a respirar fuera del agua y al ser arrastradas no pueden hacerlo, pero resaltó que son pocos los países que han logrado prohibir ese tipo de pesca ya que es la pesca industrial y genera grandes intereses.

Hacerse cargo de los residuos

La otra gran causa de muerte de las tortugas se da por la ingesta de la basura que los humanos tiramos, desde juguetes de plástico hasta las bolsas de nylon que usamos a diario y que son las peores enemigas para los animales marinos y la ecología en sí. En relación a esto Virginia Ferrando expresó que una de las formas de evitar la muerte de las tortugas es «que la gente tenga un compromiso en su actividad diaria, primero que evite el uso, que baje el consumo de bolsas, las reutilice, trate de evitar utilizar cosas descartables, y en segundo lugar, que los residuos que se producen sean destinados a donde van, porque todo lo que tiramos a la calle termina en el mar, las bolsas, las botellas, todo (…) Y hoy todo lo que es plástico se puede reciclar. «.

Resaltó que lo importante es que la gente además de parecerle horrible cuántas tortugas mueren se den cuenta la responsabilidad que tienen frente a eso.

El plástico es llamado desde la organización como el asesino silencioso porque realmente mata muchas especies pero no se ve, y por eso es importante que las personas se comprometan y le den el valor que corresponde, ya que si bien el plástico es más barato y brinda comodidad, es muy costoso a nivel ecológico, y es fundamental que sean responsables de sus residuos.

Para Virginia «la gente tiene responsabilidad frente a la muerte de las tortugas pero también posibilidad de hacerse cargo de lo que produce y los residuos que hace para evitarlas«. Y explicó que cuando aparecen este tipo de casos la gente se espanta y todos hablan pero la realidad es que «hay una falta de interés porque ante hacer algo tan sencillo como evitar consumir bolsas, tirarlas donde corresponde o clasificar, la gente no lo hace«.

Es fundamental que la gente tenga conciencia de que las tortugas se están muriendo porque estamos afectando su ambiente. Más de un 70 % de las tortugas que varan y entran en rehabilitación tenían plástico, y cuesta mucho rehabilitar a una tortuga del plástico, porque cuando llegan a la costa están totalmente consumidas, sin musculo, sin grasa con el intestino destruido y en la mayoría de los casos se terminan muriendo, pero lo grave es que cuando se logra salvarlas y se devuelven al mar tal vez se encuentran con otra bolsa de plástico y se mueren a los kilómetros, sentenció Ferrando.