SUPERVIVENCIA

Aparece después de 100 años ejemplar de zorro rojo de Sierra Nevada que se creía extinguido

El zorro rojo de Sierra Nevada (Vulpes vulpes necator), que se creía extinguido, reapareció en California, en el Parque Nacional de Yosemite, pero se estima que solamente sobreviven pocas decenas.

 Nadie acierta a explicar cómo declinaron de forma dramática en menos de 70 años.

“Es probable haya habido zorros rojos de Sierra Nevada en el último siglo en zonas remotas de Yosemite, pero son lo suficientemente raros y sigilosos como para que nadie los haya podido encontrar y documentarlos”, afirmó el especialista Ben Sacks, de la Universidad de California, que no ha podido ocultar su emoción ante lo que se considera un hallazgo “inestimable”.

La última vez que había registros de un animal de este tipo fue en 1916 y desde entonces no había más datos. Ahora una cámara trampa detectó los escurridizos mamíferos, primero en diciembre y luego en el corriente mes de enero, lo que confirmó que se trataba de la variedad, y además que no era solamente un ejemplar aislado. Sin embargo los técnicos dudan que haya más de algunas decenas de animales. De los datos que se tienen se sabe que se alimenta de pequeños mamíferos y de aves, habitando en zonas elevadas y siempre alejadas del hombre.

Una decadencia que no encuentra su razón de ser

Los biólogos y científicos tienen esperanza ahora de poder detectar con esta familia de zorros, que es lo que ha ocurrido con los “vulpes” (zorro en latín), en general, ya que nadie acierta a explicar cómo declinaron de forma dramática en menos de 70 años.

“Hay mucha especulación en torno a las causas, pero hasta el momento, no hay evidencia que apoye a una u otra teoría», afirma Cate Quinn, investigadora de la Universidad de California en declaraciones que publica BBC Mundo.

Esta variedad de zorros en particular, se diferencia de sus parientes los “rojos” también llamados “comunes”, por tener un pelaje bastante más oscuro que varía del rojo intenso al negro, con piel negra detrás de las orejas, en todos los ejemplares. Con pies más grandes y peludos, que le permiten moverse con destreza en las zonas nevadas que frecuenta durante toda su vida, es más pequeño que los comunes, tiene las patas negras y la punta de la cola siempre peluda y blanca.

Conocido en la generalidad de la familia por sus hábitos nocturnos, tienen sin embargo poca visión en la oscuridad y se guían por un muy sensible olfato y oído.

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