El último conteo registra 2.226 tigres, en las distintas áreas de distribución geográfica de la nación hindú, un claro aumento frente a los 1.706 que se habían contabilizado en 2010, confirmó el ministro de Medio Ambiente, Prakash Javadekar. El Secretario de Estado, catalogó de “triunfo real” el logro alcanzado, en base a la lucha contra los cazadores furtivos, el contrabando de piezas anatómicas, y también el freno a la destrucción del hábitat de los tigres. Uno de los problemas mayores que enfrenta India en relación a sus felinos, es además el constante encuentro entre los agricultores y los pastores, cuando se invaden las tierras del tigre.

Un tendal de entre 100 y 200 vidas humanas cada año

Si bien el peor año de población menguante de tigres fue 2006, cuando se encontraron rastros de solo 1.411 ejemplares, la recuperación pauta un avance camino a las cifras de 2002, cuando se estima había más de 3.700 de estos felinos en toda India. Por supuesto que cuando se independizó el país –en 1947- había no menos de 40.000 ejemplares.

Sin embargo la convivencia entre los indios y los tigres, más allá de los científicos, es  una tragedia cotidiana en el país. Los animales suelen ver afectados sus cotos de caza y sus aguadas, por la invasión de los ganaderos, agricultores y otros expansivos de la sociedad contemporánea. Los invasores del los territorios del tigre, son atacados indistintamente de día como de noche. Los tigres de Bengala, son particularmente agresivos, y conocidos por el gran número de víctimas humanas que tienen cada año, pese a que, irónicamente, son también los que tienen sus hábitats ,más cerca de la gente que ningún otro de su especie.

Los tigres ocupan el segundo lugar en la lista de animales “devoradores de hombres”, llamados así porque integran la carne humana en su dieta habitual: encabezan la lista los lobos, seguidos por los tigres, y más atrás están los leopardos, leones, cocodrilos y tiburones