Cientos de focas mueren en las costas de Alemania por epidemia de gripe viral

Los especialistas advierten que lo peor se está viviendo en las islas de Helgoland, Amrum, Föhr y Sylt, en el Mar del Norte, casi todas áreas pertenecientes al parque nacional de Tönning.

Hasta ahora se han encontrado casi medio millar de focas muertas y los entendidos afirman que es la peor epidemia, desde la que dejó más de 20.000 ejemplares sin vida en las costas germanas en 2002, aunque entienden se trata de un virus diferente. Desde la cátedra, se afirma que los recientes casos en la isla de Anholt –en Dinamarca- están directamente vinculados a esta epidemia, donde han muerto unas 200 focas como consecuencia de una patología pulmonar no identificada.

Los zoólogos entienden no obstante que pese a la mortandad, la especie no corre peligro en su nivel de población actual.

El contagio entre y desde animales marinos más comprendido

La epidemia de gripe en las focas, eventualmente contagiada por sus parientes más al norte de Europa, no hubiera sido concebible hace unas décadas atrás, pero ahora cada vez se toma más en cuenta la posibilidad que estos mamíferos sean fuertes vectores de distintas patologías.

El ahondamiento de esta convicción está dado también por el reciente análisis de la llegada de la tuberculosis a América, un hecho ocurrido en el siglo XV atribuido en principio al contacto de los colonizadores con los indígenas.

Investigadores alemanes confirmaron recientemente a través de pruebas isotópicas que la tuberculosis ya existía en América mucho antes del Descubrimiento, algo que se atribuye precisamente a portadores entre focas y lobos marinos. Restos de esqueletos peruanos con cepas de tuberculosis en sus ADN, que antecedían en 500 años al menos a la llegada de los españoles, demostraron que las cepas llegaron antes que los conquistadores y todo apunta que las focas fueron cazadas y consumidas: la carne contaminada enfermó a los consumidores.