El genoma más pequeño de los insectos es del único autóctono de Antártida y el más resistente
Los científicos decodificaron el genoma del único insecto autóctono de la Antártida, y descubrieron que es el más pequeño entre todos los conocidos: estudian si esta particularidad es la que lo hace el único resistente a las condiciones más extremas que ningún otro soporta.
El “mosquito de la Antártida” (Belgica Antarctica) es un campeón de la supervivencia en toda la línea: las temperaturas decenas de grados bajo cero, la salinidad extrema, los vientos más fuertes del hemisferio sur y la radiación ultravioleta más alta, no pueden con este jején, el único endémico del continente. Vive solamente de 7 a 10 días, carece de alas, pero en esa breve semana se las arregla para recomenzar cada vez su ciclo de vida.
Su pequeñez genética ha sido una gran sorpresa para el equipo de la Universidad Estatal de Ohio que realizó la secuenciación: tiene 99 millones de pares de bases –los componentes básicos del ADN. Los humanos por ejemplo, tenemos 3.200 millones de pares y los piojos corporales, que se aproximan bastante más a los mosquitos antárticos alcanzan los 105 millones de pares. Otros parientes de este jején tienen alrededor de 108 millones de pares de bases.
La pregunta es ahora si esto está conectado con la supervivencia extrema
El genoma podría ser una respuesta evolutiva para sobrevivir en condiciones extremas: el genoma del mosquito antártico carece de muchos segmentos de ADN, presentes en otros insectos y también en otros mosquitos. Los científicos no creen que este genoma sea pequeño sino “compacto” y carece de ADN “basura” una especie de panel controlador de millones de interruptores que intervienen para evitar enfermedades.
Ahora los secuenciadores buscan determinar si otros extremófilos –como las garrapatas, los ácaros, y algunos otros organismos que sobreviven en la Antártida- tienen similares genomas “compactos”, o es solamente potestad del que ya han estudiado.
De ser así se abre una puerta inconmensurable sobre el vínculo entre un elemento genético y la supervivencia extrema, un tema que desde siempre concitó la atención de la ciencia.
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