Mar Caribe

Imparable marea de algas rojas tóxicas avanza sobre costas de Florida, EE.UU.

Las autoridades costeras estadounidenses reconocen su impotencia ante la mayor marea de algas rojas tóxicas que avanzan sobre la costa de Florida, con consecuencias aún incalculables.

La parte más voluminosa de la marea roja está ubicada a unos 20 quilómetros de la costa de La Florida.

Si bien desde la óptica sanitaria la situación no reviste peligro en tanto la gente permanezca fuera del contacto con las algas, la economía de La Florida, sustentada fundamentalmente en base al turismo interno y también a visitantes del exterior, está amenazada de forma inestimable debido al fenómeno marino.

Los zoólogos han mostrado en tanto su preocupación debido a la amenaza que pende sobre la vida animal en el Golfo de México y que en ocasiones anteriores -con mareas rojas de menor volumen- han puesto en peligro la comunidad de manatíes (“vacas marinas”) una especie en peligro de extinción que sobrevive en las aguas cálidas del Caribe. El año pasado, una marea roja de menor porte, mató 276 manatíes de la población de 5.000 aproximadamente que se estima viven en el área.

Los ictiólogos por su parte, entienden que el fenómeno puede significar una mortandad excesiva de las distintas especies de peces, y poner en riesgo más allá incluso de la pesca comercial de la zona, a las mismas cadenas tróficas, cuyas fases de cúspide de la pirámide alimenticia podrían verse dañadas en el mediano plazo como consecuencia de la falta de presas de mediano porte.

La posibilidad de que las algas liberen toxinas en la costa está latente

La primera ola de algas rojas que alcanzaron las costas de Florida, han generado situaciones sumamente adversas en tanto, su putrefacción libera toxinas en el aire que pueden llevar incluso a que la población deba empezar a usar tapabocas, dijeron fuentes acreditadas a la cadena de televisión NBC. «Cuando sopla el viento ya no se puede respirar, hay que ponerse una máscara quirúrgica o alejarse de la costa”, afirmaron los primeros reportes de los cronistas. Las estimaciones sugieren que el fenómeno se extiende por unos 180 quilómetros de ancho, 90 de longitud y puede llegar a los 100 metros de profundidad.

La parte más voluminosa de la marea roja está ubicada a unos 20 quilómetros de la costa de La Florida, pero la situación podría empeorar rápidamente si los vientos cálidos comienzan a empujar la masa flotante hacia la orilla.

Florida no reportaba fenómenos de esta magnitud desde 2005, cuando debió vedar el consumo de todo tipo de mariscos y productos del mar procedentes del área, además de ver truncadas sus expectativas turísticas con decenas de miles de cancelaciones, y consecuencias económicas estaduales sumamente complejas.

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