Conmebol postergó la final de la Libertadores hasta nuevo aviso

 

A las 14 horas de este domingo decidieron postergar la final entre River – Boca fijada para las 17 horas. Otra desprolijidad del fútbol sudamericano. El hecho de violencia que se efectuó el sábado contra el ómnibus que trasladaba a jugadores de Boca tuvo una sucesión de malas decisiones.

Lo primero que se dio fue un mal dispositivo de seguridad que expuso el bus a pasar por entre los hinchas de River. Luego, a pesar de jugadores xeneizes con lesiones, como el caso del capitán Pablo Pérez a quién le saltaron pedazos de vidrios contra el ojo.

La Conmebol tomó como primera medida postergar el partido para las 18.15 horas, en vez de las 17hs. Luego, mientras los dirigentes de Boca y los jugadores no estaban de acuerdo en jugar, la Conmebol lo pasó para las 19.15 hs. Todo esto pasó el sábado.

Alas 19.15 hs. nadie salió al campo de juego. El presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez, comunicó que el partido pasaba para el domingo a las 17 hs. en el estadio Monumental.

En la mañana de este domingo jugadores y dirigentes de Boca emitieron un comunicado en el que expresaban que no querían jugar el partido y que River debía ser sancionado.

Y a las 14 hs. Domínguez dijo que no se juega porque no están dadas las condiciones. Lo peor es que ya habían abierto las puertas del estadio y la gente otrs vez estaba adentro cuando se entera de la noticia.

El comunicado final expresa: “No están dadas las condiciones. Queremos que el partido se juegue en igualdad de condiciones y ahora eso no puede ocurrir. Creemos en el espectáculo. Queremos que no haya ninguna excusa y que gane el que haga el gol de diferencia”.

“Conmebol ha tomado la postura de que en este caso no hay igualdad deportiva”.  Además, el presidente de Conmebol dijo: “En esas condiciones queremos garantizar, porque nos importa el deporte y el juego, la igualdad de condiciones”.

En cuanto a cuándo se jugará expresó: “Vamos a posponer y a buscar la fecha y hora adecuada para que se juegue la final”.

Una reacción lenta de la Conmebol, un dispositivo de seguridad fallido y pseudo hinchas violentos; esa es la imagen que dio Sudamérica al Mundo.