COLUMNA

Peñarol frente a Huracán perdió mucho más que un partido

Peñarol frente a Huracán perdió mucho más que un partido. Foto: Gonzalo Ramírez
Peñarol frente a Huracán perdió mucho más que un partido. Foto: Gonzalo Ramírez

En el fútbol de hoy en día existen muchos factores que influyen en el equilibrio de los clubes profesionales.
Esa realidad mundial se encuentra incrementada en nuestro medio.

La crisis económica que atraviesa la región tiene su impacto en el fútbol uruguayo, tornando imprescindibles los genuinos recursos de la actividad internacional.

En este sentido, los incrementos de ingresos estipulados por la Conmebol luego de la presión de los clubes mas importantes del subcontinente, hace que los mismos sean determinantes en el equilibrio económico de las instituciones.

La dirigencia clubista de los «grandes» de nuestro medio hacen ingentes esfuerzos por incrementar el potencial deportivo sin hipotecar las arcas de los mismos. A dichos efectos, es sustancial el pasar la primera fase de la Copa Libertadores.

Damiani y su directiva ha cumplido permanentemente en los últimos tiempos con las solicitudes de jugadores expresadas por sus diversos técnicos.

Peñarol contrató a Forlán, Costa, Murillo, Affonso, Albarracín, Luque, Ifrán, Guillermo Rodriguez, Olivera y Aguirregaray en los dos últimos períodos de pases en la esperanza de ver incrementado su acervo deportivo.

Los dirigentes cumplen con los técnicos contratando jugadores, con la hinchada erigiendo un estadio de primer nivel -aspiración postergada por generaciones-, y cambiando técnicos en procura de mejorar el nivel deportivo.
Pero el equipo en la cancha no cumple con la dirigencia, con la hinchada, ni con la historia.

Quizás nosotros nos auto vendamos espejitos pensando que con nombres se mejora lo deportivo. Es con realidades futbolísticas que se mejoran. Valdez y Guillermo son cinco años mayores que los del 2011 y con nombres no alcanza para conservar velocidad o llegar a cierres, y los técnicos prescindieron de contratar a Erik Cabaco -quien moría por jugar en Peñarol. Los jugadores que en el Uruguay vuelan, en la realidad internacional caminan.

Y mas allá de lo estrictamente deportivo, y de la falsa concepción que tenemos en Uruguay sobre como mejorar un panorama deportivo, el fútbol de Peñarol en la cancha complica la vida institucional del club, y el presupuesto elaborado para afrontar un año muy especial.

En el caso específico de Peñarol, la inauguración del estadio le otorga un plus en la necesidad de que «el producto Peñarol» se potencie.

Existe una chance, no ilógica, de que Peñarol pueda llegar al último partido de la serie eliminado. Si Peñarol no gana alguno de los dos partidos contra Atlético Nacional de Medellín y Huracán vence en ambas contiendas a Sporting Cristal, al cierre de la cuarta fecha Peñarol puede estar eliminado.

Y allí se pierde una recaudación, la inauguración oficial internacional de su estadio con chance, y la gran ilusión de su parcialidad de una gran Libertadores en cancha propia.

Los números aurinegros están elaborados para necesitar que el «producto Peñarol» genere ingresos. Si los mirasoles no pasan la serie, la crisis económica no será imputable a la dirigencia que pasará a la historia por la inauguración del estadio, pero que si esta realidad deportiva no cambia, no por la gloria deportiva.

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje