Peñarol: 2809 presentó su fórmula para las elecciones presidenciables

El Movimiento 2809 lanzó oficialmente su fórmula para las elecciones de Peñarol, que se desarrollarán en las primeras semanas de diciembre. 

Marcelo Areco, el candidato que encabeza la lista, manifestó que el grupo se siente listo para asumir la responsabilidad de dirigir a Peñarol. «Estamos definitivamente listos para asumir las máximas responsabilidades de nuestro querido club, con nuestra gente, largamente experimentada y junto a todos los peñarolenses», dijo Areco, quien opinó que en este momento el club es manejado de “manera individualista”.

“Es un club cerrado, en donde existe una comunidad muy grande, de más de un millón y medio de personas. ¿Qué reclamamos de la actual conducción de Damiani?, que de los últimos diez años ganamos sólo dos Campeonatos Uruguayos, y eso es insoportable”, sentenció el candidato máximo a la presidencia del Movimiento 2809.

El compañero de fórmula de Areco será Isaac Alfie, quien hoy es integrante del Consejo Directivo auriengro por el grupo, junto a Carlos Scherschener y Daniel Viñas.

El lanzamiento de la fórmula del 2809 se realizó en un concurrido evento organizado en el Radisson Victoria Plaza.

 

Discurso completo de Marcelo Areco en la presentación de la fórmula presidencial del Movimiento 2809 en el Radisson Hotel:

El movimiento 2809 nació como un grupo proactivo cuyo objetivo fue, es y será cambiar el club. Un cambio no sólo en la forma de dirigirlo, eliminando los personalismos acérrimos y supuestos mecenas, sino especialmente dotándolo de Institucionalidad que permita, más allá de las personas, la continuación de la tarea. Esto se logra mediante una clara política de modernización y profesionalización, así como la revalorización y participación de las glorias y actualización de los valores fundamentales del club y del deporte.

El socio ha reconocido nuestros principios, valores y aportes y nos ha dado un importante respaldo electoral en dos elecciones sucesivas, muy diferentes entre sí, la primera en medio de una tremenda crisis, la segunda en un momento de optimismo. Para nosotros fue una tremenda responsabilidad que asumimos con orgullo, no exentos de temores, pero sobretodo con una enorme dosis de trabajo, forjado en un equipo de más de 30 reconocidos profesionales en diversas áreas.

Ahora estamos definitivamente listos para asumir las máximas responsabilidades de nuestro querido Peñarol, con nuestra gente, largamente experimentada y junto a todos los peñarolenses.

Estamos listos para cambiar radicalmente una forma de dirigir el club tan arraigada como perimida. Es necesario generar un clima organizacional diferente, donde primen los valores, el respeto, la transparencia  el trabajo en equipo y la defensa de los intereses de la institución; recordando que el club no es de quien, transitoriamente, ha recibido el mandato de las urnas, sino de todos los socios.

El pluralismo, la suma de aportes y opiniones debe ser la regla y no un criterio para dividir el club entre malos y buenos Peñarolenses, como lamentablemente hemos sufrido quienes nos hemos opuesto a ciertas decisiones  del oficialismo que, en la mayoría de los casos, los hechos que son la única realidad, probaron ser erradas.

Hay que construir un club de puertas abiertas para que podamos aprovechar la inmensa riqueza de nuestra comunidad.

Debemos profundizar la profesionalización del club y al mismo tiempo asegurar a quien en ella trabaja debe su fidelidad al club y no al presidente y su círculo.  Su cargo depende de sus logros no de la fidelidad.

Los cargos profesionales, en todas las áreas deben ser evaluados por el cumplimiento de los objetivos descriptos y dotados de los recursos para desempeñar su tarea. No basta con crear cargos y ocuparlos.  Es necesario elegir bien,  pero también dar los recursos materiales y evaluarlos de manera continua en base a objetivos y claros parámetros pre establecidos.

Peñarol no es un club de barrio ni aquella vieja institución de los pioneros. Peñarol requiere para estar a la altura de su prestigio mundial de una organizacional fuerte, sustentada en un equipo gerencial profesional, respetado y con los recursos humanos y materiales adecuados a la tarea.

Los resultados deportivos dependen crucialmente de la excelencia en la gestión de los Dirigentes, Gerentes y administrativos. Hacia ella apuntamos. Sólo un ejemplo, al asumir por primera vez a fines de 2008, nuestros representantes dijeron que debíamos apuntar a una manera de fidelizar a los socios que no era mediante una campaña puntual. Se nos rieron en la cara y casi como limosna “vayan y encárguense del tema”.

Se contactaron profesionales en la materia, luego se profesionaliza la gestión y el resultado es que hoy multiplicamos por 4 los ingresos permanentes por este concepto. Se puede, claro que se puede, solo hay que remover la estructura del no, del “nunca dio resultado”.

Peñarol no es una mera institución deportiva, es una comunidad espiritual que  trasvasa clases sociales, niveles educativos y orígenes.

El éxito o el fracaso radican no solo en buenas elecciones de personas para las funciones sino en una relación de trabajo adecuada, en el trato respetuoso entre el club, sus gerencias y sus dirigentes.  Una relación basada en el respeto de Peñarol hacia el profesional y del profesional hacia la Institución.

Estos derechos y obligaciones, plasmadas en contratos y códigos de conducta que se cumplan. Un aspecto clave es rodear al deportista de la estructura necesaria para desarrollarse íntegramente y acompañarlo en las diferentes etapas,  desde su formación en juveniles hasta su retiro. El deportista debe confiar en la Institución y no mirarla con recelo. Peñarol debe contribuir con su persona, que defiende o ha defendido con honor sus colores y ser una institución formativa y social, no solo un conjunto de camisetas y contratos.

Vamos a construir las mejores relaciones con el resto de las instituciones, rivales en la lid deportiva, pero socias en el bien del fútbol. Estas relaciones armoniosas, se extenderán con el estado, la sociedad,  los contratistas, la prensa, los proveedores y la comunidad en general. Relaciones basadas en la defensa sin concesiones de los intereses del club, pero siempre respetando a nuestras contrapartes. Relaciones fundamentadas en la transparencia, la formalidad,  el cumplimiento y el respeto de los contratos. La avivada, los negocios “en servilletas”, los favores, la arrogancia o destrato a quien piensa distinto son aves de vuelo corto sin ramas en las que anidar.

Estos principios: un Peñarol bien gestionado, un Peñarol de puertas abiertas, confiable, un Peñarol de reglas claras, transparente, sin misterios ni quimeras, dónde la fidelidad sea siempre para con el club. Nada más que esto es lo que ha propuesto y defendido el 2809 desde su fundación. Queremos un Peñarol de la gente.