RETIRO PROFESIONAL

El ‘Rey David’ Nalbandian le dice adiós al tenis

El tenista David Nalbandian, que el martes anunció su retiro a los 31 años, fue dueño de un talento singular y el estandarte de una exitosa generación argentina conocida como la 'Legión'.

David Nalbandian / AFP

El ciclo de los legionarios se apaga con la despedida del ‘Rey David’, el cordobés (provincia del centro de Argentina) que llegó a ser número tres del mundo.

«El retiro de Nalbandian es el fin de la Legión que tantos logros y satisfacciones le dieron al país. Es una camada que no olvidaremos nunca«, declaró después del anuncio el presidente de la Asociación Argentina de Tenis (AAT), Arturo Grimaldi.

El 23 de noviembre en el predio La Rural de Buenos Aires dirá adiós en un partido de exhibición con el español Rafael Nadal.

Fue precisamente a Nadal y al suizo Roger Federer, dos de los gigantes de su época, a los que venció sendas veces para ganar en 2007 los Masters 1000 de Madrid y París-Bercy.

Su nombre quedó grabado en la historia del tenis argentino al ser el primero en llegar, y a los 20 años, a una final en el templo de Wimbledon, donde perdió en 2002 contra el australiano Lleyton Hewitt, entonces número uno del mundo.

El retiro de Nalbandian marca el ocaso de una brillante generación de argentinos que incluyó a Guillermo Coria, Gastón Gaudio, Guillermo Cañas, Mariano Puerta, Juan Ignacio Chela y Agustín Calleri, entre otros.

La mejor clasificación de su carrera fue el número tres del ranking mundial, en marzo de 2006.

En el circuito de la ATP cosechó 11 títulos

La cumbre de su trayectoria fue la conquista del Masters de Shanghai 2005, con un triunfo inolvidable sobre Roger Federer en la final, que perdía por 2 sets a 0 y logró remontar.

La fuerza espiritual y su temple ganador fueron precisamente una marca registrada del jugador que nació en la localidad rural e industrial de Unquillo, en la provincia de Córdoba.

Por jerarquía y calidad de juego, pudo haber logrado éxitos aún mayores e incluso torneos de Gran Slam, pero los problemas físicos y las lesiones recurrentes minaron su capacidad.

Deportista por naturaleza, amante de los riesgos, como el nadar en aguas infestadas de tiburones o conducir autos de rally, su punto fuerte fue un implacable golpe de revés paralelo a dos manos.

Copa Davis: su gran obsesión que no consiguió ganar

Pero el certamen que marcó su vida profesional y que también se convirtió en su mayor frustración fue la Copa Davis.

En vano intentó una y otra vez conquistar el trofeo hasta convertirse en el emblema albiceleste para la Ensaladera de Plata, el hombre capaz de renunciar a cualquier honor con tal de ganarla para su país.

Cumplió en la Davis un notable récord de 26 series disputadas, con 23 triunfos y 6 derrotas en singles, y una foja de 16-5 en dobles.

Vivió con amargura la derrota en tres finales de Argentina en la Copa, contra Rusia (2006) y España (2008 y 2011).

Aquella definición en la final de Mar del Plata en 2008 ante los ibéricos es la más recordada, a causa de sus peleas con el ascendente Juan Martín del Potro.

Aunque nada se dijo en público, Nalbandian reprochó a Del Potro haber privilegiado participar del Masters de Shanghai y llegar al balneario argentino agotado por el juego y las horas de vuelo.

España jugó sin Nadal y Nalbandian aplastó a David Ferrer pero Del Potro se lesionó y perdió ante Feliciano López, lo que le impidió jugar la segunda jornada.

Al cabo López y Fernando Verdasco fueron los héroes de la Copa y Nalbandian dijo, muy abatido, en la conferencia de prensa un día después, que consideraba imperdonable haber perdido ese match. Era una oportunidad histórica.

Luego restableció su relación con Del Potro e incluso lo alentó en otros partidos de la Copa, pero lo que se rompió nunca pudo ser reparado totalmente.

Disputó su último partido como profesional el 6 de abril pasado, cuando acompañó a Horacio Zeballos a ganar un partido de dobles decisivo para el triunfo argentino ante Francia (3-2) por la Davis.

Fue una victoria con la misma mística de su debut a los 20 años cuando en el dobles de visitante ante Rusia por las semifinales, junto a Lucas Arnold, ganó un maratónico juego de 6 horas y 20 minutos.

Días después del triunfo ante Francia, se operó la cadera y el hombro, y aunque en las últimas semanas intentó el regreso, el físico no lo acompañó y le marcó la puerta del adiós a los courts. AFP

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