Secuelas dramáticas

La alcaldía de Nueva York cancela el famoso maratón del domingo por Sandy

La alcadía de Nueva York canceló este viernes el tradicional maratón que iba a realizarse el domingo a raíz de la dura situación en que fue sumida la ciudad por el ciclón Sandy, tras una agria polémica desatada por la decisión inicial de mantenerlo.

«Hemos decidido cancelar el maratón de Nueva York. New York Road Runners (organizadores de la carrera) brindará información adicional en los próximos días a los participantes», informó la alcaldía en un comunicado.

El alcalde Michael Bloomberg quería mantener la celebración de la tradicional carrera, pero en las últimas horas las críticas se habían multiplicado ya que cientos de miles de habitantes de la ciudad siguen privados de luz, calefacción y agua.

Unas 47.000 personas de todo el mundo, que ya reservaron y pagaron por adelantado para participar, iban a correr el maratón el domingo desde el puente Verrazzano, que une Staten Island y Brooklyn, justamente dos de los distritos más afectados por Sandy.

Es la primera vez en sus 40 años de historia que la carrera se cancela.

Bloomberg pretendía llevar adelanta el evento aduciendo que su antecesor Rudy Giuliani había hecho lo mismo tras los atentados del 11 se septiembre de 2001, aunque varias semanas después del trágico acontecimiento, dado que el maratón se corre en el primer fin de semana de noviembre.

«Si recuerdan el 11-S, creo que Rudy tomó la decisión correcta de organizar el maratón. Hay que avanzar y hacer cosas. Se puede lamentar, llorar y reír, todo al mismo tiempo», había afirmado horas antes el alcalde.

«Rudy tenía razón. Creo que tenemos que encontrar medios de manifestarnos y demostrar solidaridad», había argumentado Bloomberg y destacado que los organizadores anunciaron la donación para los damnificados de al menos un millón de dólares.

Según los organizadores, el maratón aporta unos 340 millones de dólares a la ciudad.

Muchos dirigentes neoyorquinos habían pedido la postergación de la carrera o lisa y llanamente cancelarla.

Cristine Quinn, presidenta del concejo deliberante de Nueva York, dijo que de ser por ella no habría seguido adelante con el maratón y que había que centrarse en los esfuerzos para ayudar a los damnificados.

«A aquellos que quieran correr les pedimos que vengan a Coney Island (Brooklyn) y corran entregando agua y alimento en la parte alta de los edificios residenciales», aseguró de su lado el consejero municipal demócrata Domenic Recchia.

«¿Cuáles son las prioridades? Hay gente muerta, familias que ya no tienen casa, ¿y la ciudad se preocupa del maratón?», se preguntó también el republicano Michael Grimm, electo por Nueva York al Congreso estadounidense.

La reacción de James Oddo, un consejero municipal de Staten Island, fue aún más dura.

«Si desvían un solo socorrista o un solo policía por el maratón, voy a poner el grito en el cielo. La gente acá se quedó sin casa y sin esperanzas», dijo.

Scott Stringer, el presidente del distrito de Manhattan (1,6 millones de habitantes), donde la mitad de los hogares estaban sin electricidad desde el lunes por la noche, sumó su voz el viernes para protestar.

«Nueva York acaba de vivir una tragedia histórica», declaró en un comunicado, pidiendo la postergación del maratón.

El diario popular New York Post publicó de su lado un fuerte editorial el viernes estimando que los generadores de electricidad instalados en Central Park, donde termina el maratón, podrían llevar luz a 400 casas en zonas siniestradas.

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