DEMANDA POR BIOGRAFIA DE AAR0N ANCHORENA FUE INICIADA POR LA MUJER QUE COMPARTI0 SUS ULTIMOS AÑOS DE VIDA

Se inicia hoy juicio por 500 mil dólares contra Presidencia y el escritor Baccino

El libro «Aarón Anchorena, una vida privilegiada» fue encargado por el presidente Julio María Sanguinetti. La jueza Rosina Rossi inicia las audiencias luego de desestimar excepción de los demandados.

Una demanda por 500 mil dólares como indemnización por daños y perjuicios entablada contra la Presidencia de la República y el escritor Napoleón Baccino, editores del libro «Aarón de Anchorena, una vida privilegiada», comenzará a sustanciarse hoy en el Juzgado Letrado de Primera Instancia de lo Contencioso Administrativo.

El tribunal a cargo de la jueza Rosina Rossi iniciará esta tarde las audiencias ante el juicio promovido por Elida Consuelo Llanura Angelotto (70), quien compartió los últimos diecisiete años de la vida del multimillonario Anchorena y se consideró dañada y difamada por el contenido del libro publicado en 1988, a instancias del entonces presidente Julio María Sanguinetti.

La demanda contra el Estado y contra el escritor pasó sin acuerdo las iniciales etapas de conciliación, y las partes ya presentaron respectivos escritos en los que los demandados rechazaron su responsabilidad ante la acusación y la demandante ratificó su reclamo.

El libro «Aarón de Anchorena, una vida privilegiada», fue solicitado por el presidente Sanguinetti al escritor Baccino («Maluco», «Un amor en Bangkok» y «El arte de perder»), en el marco de la tarea de rehabilitación del Parque Nacional (que lleva el nombre de Anchorena) en lo que hoy es la estancia presidencial a orillas del arroyo San Juan, en el departamento de Colonia.

La obra de Napoleón Baccino fue editada por Presidencia de la República, y ambos comparten el «copy right» de la primera edición que en su última página reza: «Es la presente obra, testimonio del reconocimiento y respeto del gobierno y pueblo uruguayo a su noble memoria».

Ni «negra», ni sin apellido…

«Los últimos diecisiete años, Aarón vivió en compañía del que quizá fue el gran amor de su vida. ‘La Negra’, una mujer que, se dice, habría conocido en el Club de París, un famoso centro nocturno de la época.

«Cuenta la leyenda que ‘La Negra’, como él le llamaba cariñosamente, no tenía fortuna ni apellido, apenas un nombre, Consuelo o Concepción, y que Aarón se lo quitó, rebautizándola con el más simbólico de E. Llanura: extraño apellido, con llamativas resonancias simbólicas, que obedecería sin embargo a la necesidad de mantener en secreto su origen».

«‘La Negra’ estuvo a su lado hasta la noche del 24 de febrero de 1965, cuando Aarón pasó de un sueño al otro».

«En señal de gratitud por los muchos años de felicidad compartida, le legó una fracción de 800 hectáreas de las mejores tierras de su estancia».

Esos ochocientos once caracteres, insertos en 15 líneas de la página 189 del libro de 200 páginas, son el motivo central de la demanda.

Ese texto aparece acompañado de una fotografía, en la que se observa una mesa con dos copas y una mujer sentada, junto a la leyenda: «¿’La Negra’? Algunos indicios y ninguna certeza. Casi no quedan huellas de la única pasión de Aarón. Vivió junto a ella sus últimos diez y siete años, pero la discreción era una de sus caballerescas virtudes».

La demandante, representada por la abogada Marisa Godoni, considera que el Estado actuó con «total negligencia y sin tener en cuenta los altos intereses en juego como mi derecho a la intimidad, al honor, al prestigio». «Pero además –agrega– actuó con absoluta falta de cautela, al encargar la realización de la obra sin tomar las medidas necesarias tendientes a ubicarme, a los efectos de proporcionar datos fidedignos para la narración».

En cuanto a la responsabilidad del autor, Elida Llanura entiende que Napoleón Baccino se refiere a ella y a su relación con Anchorena en términos «infamantes y menoscabantes». «Esas falsas afirmaciones –señala– han acarreado en mí y en mi familia daños, de muy difícil estimación, y el autor de los mismos debe resarcirlos».

Estado deslinda coautoría

A mediados del año 2000 se realizaron dos audiencias conciliatorias en las que el Estado, representado por el abogado Luis Eduardo Rivero Viñas, y el autor, asistido por los doctores Juan Pedro Bordaberry y Juan Raso, rechazaron el reclamo.

En su respuesta, Rivero Viñas deslindó la responsabilidad del Estado y sostuvo que la creación intelectual pertenece al autor, por lo que «sólo a él le compete entonces la responsabilidad por su contenido».

Por su parte, Baccino presentó una extensa respuesta a la demanda en la que considera inédita la cifra de medio millón de dólares reclamada por la señora Llanura, y recuerda el caso en que el conductor argentino Marcelo Tinelli demandó al matutino El País y la Justicia aplicó una condena de sólo diez mil dólares.

Baccino afirma que no tuvo noticias de Elida Llanura hasta que se promovió la demanda; sostiene que sus afirmaciones fueron elogiosas para ella y la relación que mantuvo con Anchorena; y declara que la expresión «no tiene apellido» era «una clara referencia a que ella no pertenecía a la misma clase social que Aarón».

Para Baccino, el verdadero motivo de la demanda es una «simple molestia» de la señora Llanura a quien intentó ubicar pero no llegó a encontrar ya que en la guía telefónica no figuraba y porque luego de vivir con Anchorena se había casado en dos oportunidades, pasando a utilizar los apellidos Ceriani y Albarracín. *

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