INDUSTRIA 4.0

Se debe preparar a las personas para convivir con la automatización o robots colaborativos

El viceconsejero de Formación Profesional del Gobierno Vasco y profesor de Formación Profesional, Jorge Arévalo Turrillas, advirtió que en pocos años más aparecerán muchos puestos de trabajo nuevos, algunos de los cuales todavía no sabemos cuáles serán, por ello se debe preparar a las personas para convivir con la automatización o robots colaborativos. “Se deberá buscar nuevos objetivos y nuevos métodos”.

Viceconsejero de Formación Profesional del Gobierno Vasco y profesor de Formación Profesional, Jorge Arévalo Turrillas.
Viceconsejero de Formación Profesional del Gobierno Vasco y profesor de Formación Profesional, Jorge Arévalo Turrillas.

Turrillas brindó días pasados en Montevideo una conferencia denominada: “Los desafíos de la formación profesional ante la industria 4.0”.

La actividad contó con la convocatoria del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el Instituto Nacional de Formación Profesional (INEFOP), la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y la OIT-Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (CINTERFOR).

Turrillas habló, en entrevista exclusiva con LARED21, sobre los desafíos de la formación para la industria 4.0.

-¿Qué es la revolución 4.0?

-Se trata de un cambio que ya estamos teniendo en la sociedad actual, pero que en pocos años más serán cambios muy grandes, porque convivirán con nosotros, en nuestra vida cotidiana, sistemas inteligentes, robots, automatización de las máquinas.

Vamos a vivir en un mundo digitalizado y conectado que no tiene nada que ver con lo que ha conocido el ser humano.

-Ya estamos inmersos en esa realidad…

-Sí. El mundo ha cambiado y la tecnología la estamos viendo en los teléfonos móviles, electrodomésticos o en cualquier aspecto de la vida cotidiana. Pero de aquí a dentro de cinco o diez años iremos experimentando cosas importantísimas y hay que prepararse para esos cambios que vendrán. Si lo hacemos bien pueden ser muy positivos para la humidad en general, de lo contrario pueden ser problemáticos.

-La industria tecnológica puede amenazar una cantidad de puestos laborales no profesionales, pero también potenciar otros empleos que requieren formación profesional.

-Desaparecerán puestos de trabajo repetitivos, que se pueden sustituir con facilidad, no solo en la industria, sino en muchos campos del tejido productivo. Pero no es la primera vez en la historia de la humanidad que cuando se han ido introduciendo diferentes revoluciones industriales han ido cambiando los puestos de trabajo.

También es cierto que aparecerán muchos puestos de trabajo nuevos, algunos de los cuales todavía no sabemos cuáles van a ser, por ello se debe preparar a las personas para moverse en ese nuevo entorno que será muy diferente al actual, porque al convivir con la automatización, con robots colaborativos vamos a tener que trabajar de otra manera, buscar nuevos objetivos, nuevos métodos.

Tendremos que tener otras capacidades para poder realizar lo que las máquinas no podrán hacer, ello supone que las personas tendrán que ir formándose, mejorar su conocimiento e ir por delante de las máquinas.

-¿Qué tipo de información: académica o técnica?

-Las dos. ¿Dentro de 15 años quién tomará las decisiones?  ¿La inteligencia artificial o la inteligencia humana? Creo que todo el mundo pensará que será la inteligencia humana, si eso es así las personas tienen que estar preparadas de otra manera. Por tanto, el sistema educativo tiene que ofrecer una preparación para poder convivir en entornos nuevos de esa sociedad que no tiene referente en la historia.

Tenemos que comenzar a definir cómo somos capaces de generar una sociedad en la cual el concepto de ser humano adquiera una importancia mucho mayor de la que ha tenido hasta ahora. De esa manera, si el ser humano es el protagonista, la tecnología siempre será un instrumento para mejorar la vida de las personas.

-¿Este paradigma es similar al que vivió la humanidad en la Revolución Industrial, o es más complejo el escenario? 

-Es más complejo. En la Primera Revolución Industrial fue complejo, porque la máquina a vapor hizo desaparecer millones de puestos de trabajo, pero a la vez aparecieron muchísimos más. La diferencia que tenemos ahora es la rapidez con la cual se está desarrollando esta Cuarta Revolución Industrial.

Antes, la desaparición de los puestos de trabajo era más lenta con lo cual se requería más tiempo para poder adecuarse y en este caso, en algunas partes del tejido productivo de la industria, la evolución está siendo rapidísima, por lo que hay que ser también rápidos en la sustitución de ese tipo de capacidades de las personas para que estén preparadas.

Asimismo vamos a poder interactuar con las máquinas, con los robots y eso no ha pasado nunca. Entonces, poder convivir, colaborar y trabajar con sistemas inteligentes hará el mundo muy diferente a lo que era.

-En la actualidad hay una comunicación en dos vías porque uno puede recibir respuestas, lo que no sucedía con las máquinas industriales.

-Las máquinas industriales se manejaban, arrancaban, se fabricaban piezas, y se apagaban. Ahora no, porque vamos a interactuar con ellas.

-¿Cómo se puede democratizar el acceso a la información con referencia a la Revolución Industrial 4.0?

-Ello se puede realizar desde varias perspectivas. Una muy importante es que la educación tiene que evolucionar mucho, al igual que la formación profesional, en el aspecto de que ya no es el hecho de estar estudiando un título como finalidad, sino que se debe intentar conseguir competencias para poder trabajar en diferentes entornos, o para poder moverse socialmente con tranquilidad.

Al trabajar sobre competencias, no es necesario tener que estudiar un título completo. Son trozos de títulos para poder trabajar y vivir con cierta tranquilidad.

A las personas que no hayan realizado un estudio, por el motivo que sea, y estén trabajando en una empresa por muchos años, hay que facilitarles, a través de esos trozos de competencia, esa parte tecnológica que necesitarán para poder vivir en su día a día.

No es algo tan complicado de hacer, como sí los es volver otra vez al instituto o al colegio a estudiar distintas asignaturas. Es prepararlos en unos contextos sobre cómo se trabaja con un robot colaborativo, con una impresora 3D, o cómo poder ser capaz de montar un sistema de vivienda inteligente.

Todo ello no requiere un título completo de formación profesional y educativo.

Es verdad que es mucho mejor tener ese título, porque le dará a la persona una formación más amplia que luego es importante, porque cuanto mayor formación tengamos es mejor. Pero una formación que esté adecuada a los cambios que se están produciendo.

Es importante que la gente adquiera un título de formación profesional de educación. Pero quien no haya podido lograrlo no se quedará afuera, porque se buscan puentes para que las personas que no han conseguido un título realicen diferentes itinerarios de aprendizaje, en los cuales se marcan esos contenidos que serán necesarios para que puedan vivir razonablemente bien o con garantías.

-Existe una competencia global. Hay países compitiendo por ser mejores oferentes de mano de obra o de desarrollo de tecnología. ¿En ese sentido, cómo se encuentra Latinoamérica y Uruguay?

-A Uruguay le veo muchísimas posibilidades, con un número de habitantes muy bueno para poder gestionar un cambio de estas características. Lo necesario es tener las ideas claras y un objetivo común, que es lo que más cuesta en cualquier país del mundo.

Uruguay tiene un futuro prometedor, el cambio que ha realizado en el ámbito energético lo ubican entre los países más avanzados del mundo. Ello es un salto enorme, el hecho de que Uruguay sea capaz de producir la energía y no traerla desde otros países es un paso impresionante. A partir de ello se podrán dar otros pasos importantes en otros campos tan avanzados como en el ámbito de la robótica o del 4.0 en todo su esplendor.

Hay otros países de Latinoamérica que tienen muchos problemas. Por ejemplo Brasil, que se encuentra con problemas de desarrollo, con políticas que priorizan otro tipo de avances o de retrocesos, porque no está muy claro hacia dónde van. Es un país importantísimo, pero no tiene el objetivo de lo qué ocurre en la actualidad.

Argentina también está con serios problemas y aún sufriendo tienen que ver cómo encontrar las soluciones, porque los cambios no paran. Es decir, cuando alguien está viviendo una crisis piensa que todo el mundo está en crisis, pero no es así.

El Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (CINTERFOR) está realizando un trabajo magnífico, en un contexto difícil, de intentar coordinar que los trabajos no se realicen de manera individual, sino que si hay soluciones poder trabajarlas todos en conjunto. Ese contexto es una de las columnas principales que tendrá América Latina, una organización que pueda ayudar a los países a ordenarse.

Soy optimista por convicción, porque cuando veo que la gente se está moviendo para intentar mejorar las cosas, lo harán rápido o más lento, pero lo van a lograr, para el bienestar de las sociedades.

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