Mujica

Mujica, el presidente más pobre del mundo?

“La felicità al potere”: José “Pepe” Mujica y la revolución del amor en el Uruguay. Un proyecto de los periodistas Cristina Guarnieri y Massimo Sgroi, construido en Italia por la casa Castelvecchi para contar la historia y el profundo pensamiento de un exguerrillero que después de una vida de lucha se convirtió en el presidente de uno de los países actualmente más estables del mundo.

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Querría incluir en esta reseña cada frase, cada palabra que aparece en este libro, pero infortunadamente no es posible. “La felicità al potere”, (“Mujica, la Felicidad al Poder”) un sueño empezado por una periodista que escribe un correo electrónico al entonces presidente, esperando recibir, con una muy baja probabilidad, una respuesta positiva para ir a visitarlo y hacerle algunas preguntas.

En la historia humana, cada cierto tiempo aparece en escena un hombre capaz de llevar consigo un mensaje de comunión, de paz, de reconciliación entre nuestras diferentes humanidades. “Pepe” Mujica es uno de estos hombres. Nacido en una familia muy humilde, la cual aprendió el arte japonés de cultivar las flores convirtiéndolo en su modo de subsistencia, hizo de éste su primer trabajo familiar; después de otros cuatro años como ciclista, inmediatamente después empezó su participación en política a la edad de 21 años, la cual no ha dejado desde entonces.

“Mi madre era originaria de un pueblo del interior de la Liguria, Favale di Malvaro, cerca de Rapallo. Mi padre era originario de un país vasco, Muxica, otra tierra de grandes conflictos; campesinos que conocían bien la dureza del trabajo en el campo. De ellos aprendí la importancia de la tierra, valor que he llevado conmigo toda la vida”.

Aquéllos que como yo antes de leer este libro lo hemos escuchado, o tal vez sólo leído, seguramente nos preguntamos de dónde viene tanta sabiduría, tantas palabras que parecen salidas de la boca de un Dalai Lama encarnado en presidente de la aún hoy llamada Suiza de Sudamérica.

Y justamente, no pudiendo él ir al Himalaya, fue este último quien terminó visitándolo por medio de un hueco bajo tierra, en el cual vivió en las peores condiciones por aproximadamente 10 años de los casi 15 años de prisión sufridos bajo la dictadura uruguaya de los años 70’s y 80’s. Fueron estos años, este tiempo abandonado a la soledad, quienes le dejaron tanta esperanza y tanta sabiduría, y le enseñaron a dar valor a cada singular cosa, a entender que para ser feliz se necesita realmente poco.

“Yo no soy un buen ejemplo de nada, he descubierto la clave de todo esto en la profundidad del calabozo, cuando no podía ni siquiera leer un libro, y si no hubiera pasado por esos años no sería lo que hoy soy. Por esto, la noche en la que tuve por primera vez un colchón, me sentí muy feliz”.

“La felicitá al potere” nos cuenta primero, a través de Massimo Sgroi, la vida de Mujica desde cuando nace hasta el momento en el que llega a la presidencia en el 2010, de la mano del amor de su vida, su esposa Lucía, en ese momento la senadora más votada de la República.

Nos presenta también, y como parte central, la entrevista entre Cristina Guarnieri y el Presidente en Montevideo, en la casa de gobierno. Una entrevista en la cual nos habla de su pensamiento, de la relación entre Uruguay y Europa, especialmente con Italia, cuya lucha revolucionaria inspiró tantas otras, incluidas las sudamericanas. Mujica nos cuenta como, en su juventud, tuvo la oportunidad de conocer al Che Guevara y a Fidel Castro, y de viajar a los países que en ese momento tenían las más grandes ideas revolucionarias: Cuba, China, la ya desaparecida URSS; todo eso para comenzar enseguida en la misma Uruguay una lucha por los derechos populares, hasta el punto de crear una guerrilla (como tantas otras creadas en Sudamérica para cambiar las condiciones del mal-gobierno que había en todas partes). La guerrilla de los Tupamaros-MLN, cuya lucha terminó estremeciendo a personajes como los poderosos Rockefeller, la CIA estadounidense, y naturalmente al propio gobierno nacional uruguayo, y luego desapareciendo bajo el régimen dictatorial del país.

“Hemos sacrificado los antiguos dioses inmateriales, pero ocupamos sus templos con el dios mercado que gobierna la economía, la política, las costumbres, la vida, y llega hasta a financiar con cuotas y cartas de crédito nuestra aparente felicidad. ¿Cómo construir una sociedad mejor si llevamos dentro de nosotros la tiranía de una sociedad de consumo que nos tiene en esclavitud?”.

Antología

“La felicità al potere” recoge también varios discursos hechos por “Pepe” en diferentes partes, frente a su pueblo, frente a otros gobernantes mundiales, frente a sus fuerzas militares, al pueblo chino, en cena con el Rey de España, delante de docentes y científicos, y nos muestra también algunos artículos publicados en periódicos y revistas; todos estos discursos recolectados y luego traducidos al italiano por Cristina para construir esta magnífica antología.

El mensaje de “Pepe” es claro: nos dice que pensemos en nuestra felicidad, por encima de todas las demás cosas, que nos preguntemos cada día qué nos hace felices. Que pensemos como una entera civilización, como una sola especie, y no individualmente ni nacionalmente. Nos dice que nos despertemos de la sociedad de mercado en la cual estamos sumergidos, para volvernos más humanos, con nosotros mismos y con quienes nos rodean. Y hace incluso una crítica muy fuerte a la alta política mundial, cuyo objetivo original de servir a los ciudadanos se ha perdido; y se ha convertido en una lucha por ganar las próximas elecciones, en una lucha de intereses económicos convenientes a realmente pocos.

Esta segunda edición contiene también un texto escrito por Roberto Saviano hablando sobre Pepe, y contiene también una entrevista entre Pepe y la periodista italiana Milena Gabanelli, cuando el presidente vino a Italia a presentar su libro en la ciudad de Roma.

“Los gobiernos, incluso los de las potencias más grandes, tienen una vista muy corta, ninguno se afana por ver a la humanidad como un todo. Cuando un grupo de mujeres africanas camina cinco kilómetros para llenar dos baldes de agua, no es un problema del África, es un problema de la humanidad entera!”.

“El último héroe de la política”, como lo define Kusturica (y de quien esperamos aún el tan deseado documental sobre la vida de Mujica, a presentarse muy probablemente en el Festival de Venecia de este año). Pepe es un caballero que ha luchado toda la vida por el bienestar de sus congéneres, y quien en sus cinco años de gobierno supo dejar algunas semillas para obtener una civilización que, él lo sabe bien, seguramente no verá. Pero son cosas que hay que esparcir, para hacer crecer hombres, hijos y nietos, mejores de lo que nosotros mismos hemos sido, cambiar la cultura, cambiar nosotros mismos; desde allí hay que empezar, como el sabio Pepe profesa, si queremos vivir en un lugar mejor, en un planeta mejor, en una sociedad mejor, como la mayor parte de nosotros quiere.

“Permítanme decirles que yo no soy pobre. Pobres son los que necesitan de muchas cosas”.

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