JUAN CARLOS ONETTI

Profundo, sombrío y revelador, el uruguayo, periodista y escritor exiliado, cumple hoy 107 años de ser eterno

Olvidado por muchos años y cuestionado por tantos otros, este 1 de julio es el aniversario del autoexiliado escritor uruguayo Juan Carlos Onetti Borges, nacido en 1909 en Montevideo.

Fotografía tomada de cervantes.es.
Fotografía tomada de cervantes.es.

De padre uruguayo y de madre brasileña, Onetti confesaba una vez que tuvo una “infancia feliz”. De adolescente dejó intempestivamente los estudios secundarios para dedicarse a trabajar.

Fue portero, mozo, vendedor de entradas en el Estadio Centenario, vigilante de la tolva en el servicio oficial de semillas y trabajó en un censo, cuyos datos recogió recorriendo gran parte del país a caballo.

En sus primeras incursiones a la escritura, Onetti las llevó a cabo durante algunos meses entre 1928 y 1929 en la revista “La Tijera”, una publicación local del barrio Colón aunque en realidad se ganaba la vida vendiendo máquinas de sumar.

Obras

Tras la publicación de su primera novela “El Pozo” en 1939, Onetti asiste a la Universidad en Buenos Aires. Luego llega “Tierra de nadie” en 1942 donde comienza a dibujarse el depresivo y pesimista retrato del paisaje urbano. En “La vida breve” (1950), además de ser el primer libro en el que el autor sitúa la imaginaria ciudad de Santa María, se imagina a sí mismo como otra persona.  En ”El astillero” (1960) retoma el tema del caos producido en Uruguay por una desmesurada burocracia, y “Juntacadáveres” (1964) trata de la prostitución y la pérdida de la inocencia. Trabajó como periodista para la agencia Reuter y como director de las bibliotecas municipales de Montevideo adonde destinó el premio Rodó que recibió en 1991. Su pluma también pudo descubrirse en algunos diarios montevideanos.

Un año después de instalada la dictadura cívico-militar en Uruguay, Onetti es encarcelado en 1974. Tras recuperar la libertad parte a España donde permaneció hasta su muerte. Es galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 1963 y el Premio Cervantes en 1980.

Juan Carlos Onetti muere el 30 de mayo de 1994, a las tres de la tarde, en una clínica de Madrid, ciudad en la que pasó los últimos 19 años de su vida enclaustrado los diez finales, sin prácticamente levantarse de la cama. Según su última voluntad, sus restos fueron incinerados y sus cenizas no fueron trasladadas a Uruguay.

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