Hace hoy, 24 de junio, 81 años que el zorzal criollo es inmortal

Nació en 1887 en Tacuarembó, fruto de una clandestina relación de un caudillo militar, Carlos Escayola, del interior profundo uruguayo, con una mujer de humilde condición social, María Lelia Oliva, según coinciden varias crónicas. Otras señalan que nació el 11 de diciembre de 1890 en el hospital de La Grave de Toulouse, Francia, bautizado con el nombre de Charles Romualdo siendo su madre la francesita Bèrthe Gardès.

Poco más se sabe de la infancia y adolescencia de Gardel o son poco creíbles los relatos que señalan que Carlos, o Carlitos, fue llevado a Buenos Aires a los tres años de edad para iniciar una vida alejada de las penurias económicas. Luego aparecen crónicas en las que lo vinculan a los escenarios de baja estofa de una incipiente metrópolis bonaerense que lo acunó y moldeó en el estereotipo del tanguero.

Sin embargo, hay sí registros de un Carlos Gardel vestido de gaucho oriental, algo excedido de peso, cantando cifras y milongas en cuanto reducto que se lo contratara y siempre junto a su inseparable ladero: el uruguayo José Razzano. El dúo se mantuvo hasta 1925, año en que Gardel ya tanguero se fue solo a Europa. Razzano, aquejado de una enfermedad en la garganta, se quedó en Buenos Aires y abandonó el canto. Tres años después de cruzar el Atlántico, Gardel le escribe a Razzano: «La venta de mis discos en París es fantástica; en tres meses se han vendido setenta mil». Bing Crosby, Charles Chaplin y Enrico Caruso se deleitan con canciones como «Mi noche triste», «Volver» o «No habrá más penas ni olvido».

El paso a la inmortalidad

En 1934 y en medio de una gira por Europa y Estados Unidos, Carlos Gardel da los últimos espectáculos en ciudades de Latinoamérica. El 24 de junio de 1935, cuando se encontraba en la cúspide de su fama, el zorzal, como se lo conocía entre otros alias, murió en un accidente de aviación cuyas causas nunca se han aclarado.

Gardel viajaba de Bogotá a Cali en un avión F-31 de la compañía Saco. La aeronave recorrió la pista para alzar el vuelo, pero apenas había despegado se precipitó a tierra chocando con otro avión alemán que esperaba en la cabecera de la pista. Corrieron rumores de un tiroteo entre Gardel y uno de sus acompañantes por el hecho de que se le había encontrado una bala en uno de sus pulmones tras la autopsia. Sin embargo, ese proyectil estaba allí desde hacía años provocado por el disparo hecho por un hombre despechado. Según el testimonio de los dos únicos pasajeros que lograron salvarse de los veintiuno que viajaban en el vuelo, la verdadera causa del accidente parece haber sido el fuerte viento al momento de despegar que hizo que el piloto perdiera el control del avión.