AGADU celebró las cuatro décadas del artista Clever Lara volcadas a la enseñanza de las artes visuales

 

“Un homenaje es una ceremonia de encuentro, una posibilidad de distinguir por su trayectoria la relevancia de la obra de una persona a lo largo de su vida. AGADU promovió esta celebración con el fin de reconocer el aporte de Clever Lara a la cultura nacional y permitir además, un espacio donde reflexionar sobre la relevancia de la enseñanza del arte en nuestra sociedad”, afirmó Buenseñor.

Luego de recibir los saludos de amigos y autoridades nacionales y departamentales, el artista asistió junto al público a la emisión de un audiovisual realizado por AGADU, donde sus alumnos expresaron su admiración y expusieron la tarea que cada día se realiza en su reconocido taller, ubicado en el corazón del Barrio Sur.

Además, se emitió un fragmento del documental “La luz insólita”, una recopilación de su trayectoria y su obra realizada por Juan Pablo Pedemonte.

Comprender, respetar y pensar

Lara expresó que a través de la docencia aprendió “a comprender, respetar y pensar formas de poder desarrollar lo que había potencialmente dentro de cada uno”.

“Me hizo leer, mirar, muchas cosas que no hubiese leído o mirado si no hubiera estado orientado por la necesidad de motivar y desarrollar algo en otro. Eso me enriqueció”, confió el artista.

Si bien dijo que muchas veces dejó de desarrollar su propia obra para volcarse a la enseñanza, defendió esta decisión. “Les confieso que lo que he hecho es lo que he querido. He tratado a gente, que me parece más importante que estar delante de una tela”, afirmó.

Las amplias dimensiones de sus lienzos, sus márgenes desvanecidos, y esa mirada única sobre los objetos cotidianos, que parecen cobrar vida a través de su pincel, estuvieron en el centro de las exposiciones realizadas durante el encuentro.

Por su parte, Hermenegildo Sábat señaló que cuando uno ve su obra “reconoce los grises, pero la originalidad reside en la advertencia de cosas que no tienen valor y con eso hacer grandes obras”.

Entretanto que Díaz Valdés se refirió a las vivencias que transmiten las pinturas del artista.

“Me llega muy hondo su manera de sentir, la caída de la luz, dando una dimensión a la obra que cala profundamente en el observador”, expresó.

Clever Lara nació en Rivera, se formó con Osmar Santos, quien lo incentivó a continuar desarrollando su arte en Montevideo.

Una vez en la capital, continuó su formación con Edgardo Ribeiro, y llegó a ser docente del Instituto de Bellas Artes San Francisco de Asís. Allí fue donde decidió volcar su conocimiento a la enseñanza, abriendo un taller donde contribuyó a la formación de algunos de los más destacados artistas del Uruguay moderno.