Un torbellino de colores en el centro de Montevideo

Todo el año es carnaval

Payasos, cabezudos, muñecos gigantes, tambores, danzas, cantos, poesía y mucho más, fueron los elementos de esta “Fanfarria invernal”, organizada por el centro cultural Urbano y apoyada por una serie de grupos y colectivos artísticos del barrio.

Con el ánimo de ponerle “color” a esta dura época invernal, se dieron cita decenas de personas en el mediodía del sábado, concentrándose en la Plaza Cagancha para marchar por 18 de julio y Paraguay hacia el local del centro cultural Urbano (situado en Paraguay y Canelones).

Llegan los tambores

Así, al ritmo de las comparsas del barrio y con la participación de grupos como La Melaza y La Ventolera, el desfile de alegría danzó por el centro de la ciudad.

Antes, en la plaza Cagancha, se pudo ver la actuación del coro del centro cultural, así como diversas actividades lúdicas y recreativas que involucraron a toda la familia.

Al son de los tambores, la fanfarria de invierno terminó en el local de Urbano, donde se compartió una “proclama poética” que conmovió al público presente. En la proclama, los participantes del centro cultural hablaron desde la alegría y la dignidad, pero también reclamaron sus derechos básicos, como por ejemplo el derecho a la vivienda.

Urbano y la fanfarria

Urbano es un centro cultural perteneciente a la Dirección Nacional de Cultura, que se dedica a la promoción del acceso al disfrute y la creación cultural, destinado principalmente a personas en situación de calle y refugios, pero abierto a toda la comunidad. Semanalmente, ofrece una agenda de talleres artísticos gratuitos entre los que destacan: danza, teatro, artes plásticas, expresión corporal, cine, coro, literatura, entre otros.

La propuesta de esta “Fanfarria”, como hecho artístico pero también político, tiene que ver con posicionarse desde otro lugar para “bienvenir” al invierno, una época donde las personas “en situación de calle” están particularmente expuestas no solo a la hostilidad del clima, sino también en el foco de los medios de comunicación y la población en general. Ese “otro lugar” demostró ser uno donde la creatividad, el encuentro, el arte, la dignidad, la integración y la vitalidad, danzan juntos en el centro de la ciudad.