Comenzó la muestra de cine por los 20 años de la Marcha del Silencio

Madres y Familiares de Desaparecidos organizaron esta muestra de cine documental en ocasión de conmemorarse los 20 años de la Marcha del Silencio. Conforman la muestra cuatro películas uruguayas que ofrecen un tratamiento desde distintas perspectivas acerca de la dictadura y los desaparecidos en nuestro país.

Salas

Las películas se exhiben en las salas que conforman la Red de Salas Digitales del Mercosur, que se encuentran en Artigas (Auditorio Municipal), Castillos (Complejo cultural 2 de Mayo), Florida (Cine Nuevo) y Fray Bentos (Cine Visión).

Sala Zitarrosa

En la sala Zitarrosa se podrá ver, desde la hora 20 y con entrada libre, las siguientes películas:

Lunes 4 – El cultivo de la flor invisible / Juan Álvarez Neme / 2012 / 84′
Lunes 11 – D.F. Destino Final / Mateo Gutiérrez / 2008 / 110′
Lunes 18 – El círculo / Aldo Garay y José Pedro Charlo / 2008 / 92′
Lunes 25 – Las manos en la tierra / Virginia Martínez / 2010 / 52′

Ellos nos siguen esperando

Presentando esta muestra y en ocasión de los 20 años de la Marcha del Silencio, Madres y Familiares de Desaparecidos escribieron:

«En estos tantos años de buscar a nuestros familiares hemos tenido que aprender sobre leyes, a indagar en los archivos, a escribir comunicados, y también a ser persistentes, a no desmayar, a convencernos que la búsqueda no termina ni con la muerte, ya que el dolor que guía el eco de las preguntas ¿quién, cómo, dónde, cuándo, porqué?, no prescribe.

Aprendimos que intentar dar vuelta una página de la historia sin leerla es condenarse a vivir sin pasado. Y que de la verdad no hay retorno. También aprendimos que no estamos solos. Que siempre hay manos tendidas dispuestas a ayudar, a brindar su apoyo para cada tarea necesaria. Que son muchos los que sienten a los desaparecidos como “compañeros de la vida”, que “todos somos Familiares”.

Ada Margaret Burgueño, tenía 24 años cuando en 1977 fue detenida-desaparecida en Buenos Aires. Como tantos jóvenes de la época, era poeta, y premonitoriamente escribió:
“Amar sin dejar rastro, morir sin dejar rastro, vivir sin dejar rastro. / Y nosotros acá / acribillados de palabras / lívidos, inertes, / furiosamente muertos. / Yo voy desparramando señales que ni se ven / poniendo avisos en letra negrita / que dicen cosas que ni yo entiendo / pero igual espero, que por ahí / alguien sepa deletrear las claves / de mis pocos vistosos letreros / y asimismo, yo espero”.

Para todos aquellos que nos acompañan a buscar las señales, los rastros, las claves de “los pocos vistosos letreros” de nuestros desaparecidos, muchas gracias.

Ellos nos siguen esperando.”