Mural de Banksy, el grafitero callejero británico, alcanza US$667.900 en Bristol

El centro juvenil de Bristol, Inglaterra, que se encontraba en peligro de cierre ante problemas financieros cada vez mayores, ha podido ahora enfrentar, gracias a la puja en la que venció un coleccionista privado británico, las exigencias que amenazaban su supervivencia.

El grafiti, que muestra una mujer y un hombre, ambos abrazándose, mientras cada uno continúa atendiendo lo que aparece en sus teléfonos celulares, había aparecido en una puerta del Broad Plain Boys Club, de Bristol localidad donde nació el misterioso artista callejero cada vez más cotizado y menos conocido en su real identidad.

El club había sacado el mural de la pared exterior y lo puso dentro del local; poco después Banksy lo reconoció como suyo y dijo que podrían hacer con la obra “lo que les de la gana”.

Los íconos grafiteros se convierten en símbolo que cotiza

En Bristol el tema alcanzó los titulares de la prensa, después que el centro juvenil, que tiene 120 años de existencia, decidiera recibir donaciones para que la gente pudiera ver el mural. El Ayuntamiento se opuso, en tanto estaba en la calle, y pidió incluso la intervención policial; pero los que intentaban emplear para salvar la institución esa “herencia” sorpresiva, se opusieron y pidieron a Banksy públicamente que se expidiera sobre lo que hacer con su obra.

“Hagan lo que les de la gana, se la puede quedar hoy mismo”, sentenció Banksy en una misiva a la institución, firmada de puño y letra.
Banksy continúa manteniendo su identidad en el anonimato, más allá de la data imprescindible, lo que no ha sido óbice para evitar se convirtiera en el ícono británico del “street art”, con piezas satíricas nada reverentes sobre la política, la moralidad y las costumbres de los británicos particularmente.