Quequezana: la diversidad musical de Perú es tan potente como su gastronomía

Su primera producción, Kuntur (cóndor en quechua, 2011) ha generado un verdadero fenómeno cultural y desde hace tres años, pese a ser un disco instrumental, es el más vendido en Perú por encima de megaestrellas de la industria como Adele, Rihana o Justin Bieber.

«El país vive un momento muy especial de revalorización de su cultura», dijo Quequezana en una entrevista con la AFP. «Se ve nítidamente en la cocina peruana, pero también en la música. La diversidad musical que tiene Perú es tan potente como la gastronomía», afirmó.

Sin haber pasado en su vida por una academia musical, Quequezana domina instrumentos peruanos y fusiona ritmos del país con magistralidad.

Sus composiciones remiten a los Andes y la Amazonía, pero con un nuevo giro del Perú moderno que se está moldeando.

Por eso Quequezana hoy admite que parte de su éxito fue una coincidencia entre su propuesta y el momento que comenzaba a vivir el país.

«Kuntur se dio en un momento en que los peruanos empezamos a sentirnos más orgullosos de lo que tenemos. Y ocurrió con la música popular un fenómeno similar al de la comida: hay un descubrimiento del valor que tiene la diversidad del país», comentó.

Su estudio en el barrio limeño de Miraflores tiene guitarras criollas de la costa limeña, sikus y quenas de los Andes y tambores amazónicos. Y Quequezana, un limeño que se crió en Huancayo (centro), donde se dejó atraer por los ritmos andinos, se pasea por todos con igual destreza.

«No tuve la oportunidad de estudiar música. Mis papás no podían pagármelo. Mi acercamiento a los instrumentos se hizo de manera lúdica, eran como juguetes para mí», contó.

Sonidos con historias

Para este artista «los sonidos encierran historias y cuando reflejan sentimientos de todo un país, enamoran y encantan».

Eso creyó Quequezana cuando presentó un proyecto en 2006 en la Unesco para abrir al mundo la música de Perú.

«Si yo he podido tocar música peruana sin estudiar, cualquier otro músico en el mundo puede hacerlo, pensé. Mi desafío fue que músicos de otras partes del mundo se enamoraran de la música peruana igual que yo», relató.

Su proyecto «Sonidos Vivos» fue apoyado por la Unesco y Quequezana trabajó durante dos meses con una banda formada por un vietnamita, un turco, un chino, dos canadienses, un venezolano y un colombiano que debían asimilar a sus culturas los ritmos peruanos e interpretarlos como si fueran propios.

Cuando Quequezana hizo sonar la banda en un concierto en Montreal los pedidos de invitaciones y giras en distintas partes del mundo se sucedieron y la agrupación viajó durante cinco años llevando al mundo la nueva música peruana.

«Hace tres años, luego de recorrer el mundo, decido establecerme en Perú«. Desde entonces y tras el lanzamiento de su primer disco, Quequezana es una celebridad a la que el gobierno convirtió en imagen de la marca Perú y sus composiciones ponen la nota distintiva a los grandes eventos nacionales.

Esta semana el músico presentó su segundo disco, «Combi», todo un símbolo que identifica la vida y lucha diaria de los peruanos.

«Ese transporte es como el país en el que estamos todos juntos, viendo el mismo paisaje y escuchando los mismos sonidos mientras viajamos», comentó.

El disco incorpora nuevos ritmos como la cumbia y el rock fusionados con música peruana.