“Mad men” arrasa en su séptima y última temporada en la TV estadounidense

La vida de una agencia publicitaria de Maniatan, como reflejo de los cambios que experimentó la sociedad norteamericana en la décadda de 1960 y a su vez el reflejo en nuestros días, ha sido uno de los sucesos más fuertes en la televisión de Estados Unidos primero y del mundo occidental después, de los últimos tiempos.

Del creativo publicitario “más atractivo y caprichoso” de la televisión es una incógnita su vida de fondo, con una inestabilidad que lo lleva a cambios drásticos, y hasta dramáticos, todos inesperados en su futuro inmediato, lo que a su vez traslada a su vida profesional, con una agencia donde hay dos caminos: adaptarse o irse. La idea parece ser siempre la primera, pero la trama apunta en todos los casos que el precio a pagar por ello, es la cuestión a resolver individualmente.

Su creador Matthew Weiner, desmitifica su propia obra

“Mad men siempre ha sido oscura, sin juicios morales” evalúa el creador de la saga quien asegura que ni siquiera en sus sueños más optimistas pensó que alcanzaría el éxito obtenido a lo largo de siete temporadas.

El autor reconoce que el comienzo de la última temporada tampoco es fácil y que espera “sobrevivir emocionalmente a la experiencia” ya que es “mucho desgarro poner punto final a un proyecto a que he dedicado 15 años de mi vida”.

Weiner se ha negado a revelar detalle alguno que pueda poner en entredicho la experiencia que vivirá el espectador para este último tramo de su creación, en tanto el autor debe “levantar” a su personaje de donde lo dejó al final de la sexta temporada: inesperada e insólitamente hundido, alcohólico perdido, abandonado por su mujer y con su trabajo en ruinas, en tanto sus virtudes imaginativas jamás le habían fallado hasta ese momento.

“Lo que le costó más a la gente de la última temporada fue que por primera vez Don parecía estar perdiendo la confianza, que sufría una crisis incluso por hacer todo lo que habitualmente hace. (…) Me he esforzado mucho, y es algo un poco único de la serie, en que no haya juicios morales. Mad men siempre ha sido oscura”, detalló Weiner, quien solamente sobre el final dijo: “Quiero seguir entreteniendo y provocando a la audiencia, hacerles pensar sobre su vida. Y mantenerme fiel a los personajes, dejarles en un lugar en el que estén seguros en la imaginación de la gente, hayan visto toda la serie o se incorporen ahora”.