TRISTEZA

América Latina despide en México a Juan Gelman, poeta y luchador ejemplar

El mundo de la literatura despide este miércoles con tristeza al escritor argentino Juan Gelman, acérrimo detractor de las dictaduras y uno de los más brillantes poetas de habla hispana, quien al fallecer el martes en Ciudad de México se convirtió en un "clásico moderno".

«Yo fui un exiliado, pero ya no lo soy. Ahora soy un hombre que decidió quedarse a vivir en México», habría dicho Gelman.

«Era hasta el martes pasado el mejor poeta vivo de la lengua y a partir de ese momento es uno de nuestros clásicos modernos», expresó el escritor mexicano José Emilio Pacheco, laureado con el premio Cervantes en 2010, en un sentido homenaje publicado en el diario La Jornada.

Gelman falleció el martes a los 83 años producto de mielodisplasia, una enfermedad de la médula ósea, en su casa del barrio residencial La Condesa de Ciudad de México, donde vivía desde hacía 25 años tras exiliarse de su país por su militancia contra la última dictadura militar (1976-1983).

El cuerpo de Gelman, que será cremado el jueves, es velado en una exclusiva funeraria de Ciudad de México en un evento privado. Hasta el momento no se han anunciado homenajes y la familia del escritor aún no ha anunciado si sus restos descansarán de manera definitiva en México o en Argentina, según informó María Inés Roqué, una amiga cercana y representante de la familia.

La presidenta argentina, Cristina Kirchner, decretó este miércoles tres días de duelo en su país por la muerte del ganador del premio Cervantes 2007.

Su viuda, Mara Lamadrid, a quien el escritor dedicó el aún inédito poemario «Amar a Mara», se refugiaba detrás de grandes gafas oscuras durante el velorio, mientras que su nieta, Macarena, llegó desde Uruguay vestida de negro y sin ofrecer declaraciones a la prensa.

La tortuosa búsqueda de su nieta

Gelman dedicó largos años de su vida a la búsqueda de Macarena, quien nació en cautividad después de que su madre embarazada fuera secuestrada por la dictadura argentina en 1976 y después fue entregada ilegalmente a un oficial de la policía uruguaya.

Finalmente en el año 2000 se descubrió la verdadera identidad de Macarena y el poeta pudo reunirse con ella.

Gelman, quien también se desempeñó como periodista, siempre luchó contra la impunidad de las dictaduras militares del Cono Sur latinoamericano, sobre todo tras la desaparición de su nuera y el asesinato de su hijo, cuyo cuerpo fue hallado en 1989.

Gelman fue un «tipo generoso, (pese a que fue) un hombre al que le tocó sufrir muy duramente. Vivió la dictadura en el corazón de la pena», comentó a la AFP Carlos María Domínguez, periodista y escritor argentino radicado en Uruguay, quien colaboró con él en la revista Crisis.

En 1963, Gelman estuvo preso por sus ideas y desde 1975 vivió en un exilio que lo llevó a Madrid, Managua, Nueva York y finalmente a México.

«Yo fui un exiliado, pero ya no lo soy. Ahora soy un hombre que decidió quedarse a vivir en México», habría dicho Gelman en repetidas ocasiones, según indicó a la AFP el escritor argentino Rolo Díez.

Un poeta que inventaba las palabras

«Ante la muerte de Juan, las palabras guardaron un minuto de silencio», murmuró la escritora y periodista Cristina Pacheco, visiblemente conmovida al llegar a la funeraria.

Gelman fue «un poeta de esos que nacen una vez cada varios siglos», dijo la poeta mexicana Myriam Moscona, quien precisó que el artista ignoró las recomendaciones de descanso de su médico para trabajar ocho horas diarias en «Hoy», un último poemario que difiere del resto de su obra.

La obra de Gelman es de una «originalidad total (…) Cuando no encontraba la palabra la inventaba o la tomaba del lunfardo», recordó Hugo Gutiérrez Vega, un poeta y diplomático de barba blanca.

Amante del tango, el whisky y el cigarrillo, «carnívoro como todos los argentinos», el mayor legado de Gelman fue su capacidad de conservar la alegría en los momentos más difíciles, comentó Gutiérrez Vega.

Por su parte, la escritora mexicana Elena Poniatowska dijo a la AFP que recordaba a Gelman como «de una gran dulzura y prudencia, aunque eso no significaba que no tuviera carácter para defender lo que creía».

Traductor de múltiples obras y autor de 30 libros como «Violín y otras cuestiones» y «Gotán», este hijo de emigrantes judíos ucranianos recibió numerosos premios, como el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2005 y el Juan Rulfo en 2000.

El controvertido escritor colombiano radicado en México Fernando Vallejo dijo a la AFP que nunca leyó a Gelman porque la poesía «no tiene sentido en este momento (…) La gran poesía en lengua española cabe en un cuadernito escolar».

«Los poemas son para guardarlos en el corazón de la memoria ¿Pero quién tiene en la memoria un poema de Gelman? Aquí en México tampoco nadie conoce poemas de Octavio Paz», se lamentó el novelista. AFP

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