Amsterdam

Catalogan reapertura del museo Van Gogh como máximo acontecimiento cultural

Celebrando su 40º aniversario, el Museo Van Gogh de Amsterdam reabrió sus puertas con una muestra que llevó ocho años de trabajo y que ilustra la evolución de la máxima paleta holandesa. “Van Gogh en su taller” es el sencillo nombre elegido por los holandeses para una gigantesca exposición que reúne 200 obras y objetos propios del artista, así como otras telas de Gauguin y Toulouse-Lautrec, entre otros contemporáneos.

Empleados del Museo Van Gogh colgando autoretrato del pintor / AFP

Sin embargo lo diferente de esta presentación museística, es que por primera vez los críticos se atreven a poner a Van Gogh en una dimensión humana, muchos más cercana a los vecinos de los Países Bajos –y del resto de Europa- que de la cúspide de pedestal donde había sido instalado por estudiosos de épocas anteriores.

“Van Gogh no fue el genio instantáneo que creíamos, sino que peleó muy duro para entender la técnica y el uso del color”, explica Rick van Koetsveld, director del centro, un admirador de la talla real del pintor, antes que de su leyenda. “Fue un hombre sí, incansable y tozudo, que no dudó en copiar tres veces las 197 ilustraciones del manual de dibujo de Bargue, un clásico de 1886, para aprender el oficio”, agrega.

Desde la multinacional Shell al pueblo, todos ayudaron

Las autoridades afirman que hacía muchos años no se veía una consustanciación tan importante del pueblo holandés con una finalidad: así parece haber ocurrido con la reapertura del museo, donde desde vecinos en cuadrillas haciendo trabajo voluntario para embellecer el entorno del lugar, hasta los análisis de los pigmentos y pinturas usadas por el maestro, a cargo del laboratorio científico de la multinacional Shell, todos han dado su aporte.

El Instituto Neerlandés del Patrimonio Cultural, ha resaltado incluso la participación extranjera para lograr el éxito de la reapertura: así dos obras cumbres han sido prestadas por otros museos: la primera versión de Los Girasoles, cedida por la National Gallery, de Londres, y El dormitorio de Arlés, que pertenece al Art Institute, de Chicago.

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