Aparaín: la violencia se explica por falta de «comunicación intergeneracional»

Delgado Aparaín participó el pasado sábado de un coloquio en la Sala Sur del ex cine La Floresta de Canelones.

El autor de innumerables cuentos y novelas tan reconocidas como “La balada de Johnny Sosa”,  “Vagabundo y errante serás” o “No robarás las botas de los muertos”, novela histórica sobre el Sitio de Paysandú, se refirió, durante su ponencia, al proceso de creación literaria vinculada a las historias personales.

También reflexionó sobre la sociedad actual, donde los signos de la época comienzan a ser la crisis de valores y la violencia.

“En el liceo aprendí que la historia era una sucesión de procesos y no de hechos cronológicos. Aprendí que soy un habitante del planeta donde tengo un metro cuadrado de tierra que me pertenece, el mismo que tiene cada uno de nosotros, y la suma de todos esos metros cuadrados es la historia de una nación. Lo que hacen los historiadores, antropólogos y sociólogos es darle sentido a esa historia”, expresó Delgado Aparín.

Asimismo, dijo que la Literatura es el “arte del rescate”, escribir es un “acto de resistencia al olvido, a la pérdida de identidad. ¡Escribir es resistir!”.

Violencia

El escritor floridense ganador del Premio Cervantes del Concurso Juan Rulfo (de Radio Francia Internacional), por su relato “Terribles ojos verdes”, opinó que la “crisis de la autoestima no es otra cosa que quererse poco o nada a sí mismo por suponer que dentro de sí no hay nada digno de ser querido, comenzando por su historia personal, y la peor injusticia es considerarse a sí mismo como un residuo”.

Esa crisis de la autoestima ocurre por la sencilla razón de ignorar esa historia personal. “La interrupción violenta de la comunicación intergeneracional entre padres e hijos, jóvenes y ancianos, es la única forma de explicar la violencia actual”, sentenció el autor.

“¿Cómo es posible que un adolescente mate a una persona en una estación de servicio por cien pesos? Esto ocurre porque no hay en su mundo interior un punto de referencia para decir: ‘que linda historia tengo’, porque esa historia es recordar a una abuela, a una madre, un maestro o un sacerdote”.

Por ello, opinó que la primera política cultural de cualquier gobierno tanto de América Latina, como de África o Asia, debería ser la primera infancia, ya que en cualquiera de estos continentes “nos encontramos con los mismos valores hechos pedazos”.