Van Gogh no se suicidó: ganadores del Pulitzer revolucionan la historia del genio de la pintura

Las 830 páginas de “Van Gogh. La vida” (editorial Taurus), tampoco ha sido escrita por unos aficionados: Naifeh Y White Smith ganaron el premio Pulitzer por otra biografía de un controvertido pintor: la de Jackson Pollock, el norteamericano referente del expresionismo abstracto, una de las paletas más importantes del siglo XX en Occidente.

Los autores tampoco se limitan a cuestionar el suicidio del gran maestro, sino toda una serie de afirmaciones que sus demás biógrafos han considerado verdades, referidas a su azarosa vida sentimental, el peso de la religión en su micromundo y las depresiones que según la mayoría lo condujeron a la autoeliminación.

¿Podría haber sido todo un simple accidente?

Aunque los autores afirman que no descartan ninguna opción, refieren al apoyo que ya han recibido de la comunidad científica en el sentido que “dado el peso de la evidencia, un disparo accidental es mucho más probable”, afirman.

La historia convencional, afirma hasta ahora que el 27 de julio de 1890, cuando tenía 37 años de edad, Vincent –que venía de pasear por las tierras que había acabado de pintar en “Campo de trigo con cuervos”- se pegó un tiro en el pecho.

Sus nuevos biógrafos, reconocen el disparo, pero no el suicidio: para ellos fue la escopeta de unos jóvenes e inexpertos cazadores en las inmediaciones, la que acabó con la vida del artista.

El libro muestra como Vincent había logrado superar las adversidades tremendas a las que la vida lo sometió y era un gran defensor de la lucha por un futuro mejor para cada individuo. En una de sus cartas llega a escribir que “el suicidio es una gran cobardía”.