"El primer moderno"

Auguste Rodin: «doodle» de Google rinde homenaje al genial escultor en su 172 aniversario

El beso, de Auguste Rodin

El francés Auguste Rodin está considerado entre los mayores escultores de todos los tiempos, en atención por un lado a su técnica depuradísima, y por otro a su especial capacidad para trasmitir, bajo la dureza del material escultórico, el estado anímico, espiritual, del sujeto representado.

Auguste Rodin nació en Paris en 1840, un 12 de noviembre como hoy, en una familia cuya condición humilde le deparó no pocas dificultades en su infancia.

Habiendo manifestado desde muy temprana edad su vocación y talento para la representación plástica, el joven Rodin -pese a no ser admitido en las Escuela de Bellas Artes de la ciudad luz, logró ingresar a la Petit Ecole de artes decorativas, donde obtuvo sus primeros conocimientos académicos para lanzarse por los caminos del dibujo y el modelaje de escultura decorativa.

Catalogado ligeramente entre los artistas de la corriente impresionista dominante en la mitad del siglo XIX, su producción terminaría por asignarle un lugar especial, único y propio entre las categorías al uso en aquel tiempo, habida cuenta del éxito de Rodin en la interpretación de la naturaleza humana. El rótulo impresionista no llegaba a abarcar los nuevos límites alcanzados por Auguste Rodin.

Catálogo inmortal

La obra que significó su primer gran salto hacia la devoción y admiración de su época fue un desnudo masculino de tamaño natural bautizado «Edad del Bronce», cuya asombrosa fidelidad al cuerpo humano le valió la humillante acusación de haberlo moldeado sobre un modelo vivo, por parte de algunos envidiosos colegas.

La comprobación posterior de la falsedad de esa conjetura, terminó produciendo el efecto inverso de catapultar hacia arriba la fama de Auguste Rodin.

Le siguieron grandes obras como San Juan Bautista predicando, donde aplicó su habilidad para plasmar figuras en situación de movimiento.

Pero fue otra obra suya  la que acabaría resultando el eje principal de la futura producción: Las Puertas del Infierno.

Derivadas de allí, con el tiempo, Auguste Rodín daría nacimiento a sus más famosas y perecederas obras, como El pensador, El beso y Los burgueses de Calais.

El «doodle» de Google celebrando el cumpleaños 172 de Auguste Rodin hace justicia al aporte monumental de Auguste Rodin a la cultura universal.

 

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