Juan Ramón Jiménez: editan textos inéditos

Ediciones enriquecidas de “Espacio” y “Tiempo”, con aportes de los miles de textos inéditos que dejó a su muerte en San Juan de Puerto Rico, en  1958, acaparan lo más valioso para muchos de un poeta que vivió asediado por sus fantasmas incluso después que le fuera otorgado el Premio Nobel de Literatura en 1956.

Montañas de textos fueron literalmente su legado, ya que para muchos este escritor compulsivo, no hizo otra cosa en su vida que escribir sin descanso, a un ritmo febril, y pese a que la vida lo castigó y golpeó, después de haberlo honrado y ensalzado, siguió escribiendo sin tregua. “Los dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo”, sintetizó su vida la ilustre pluma.

Nuevos textos de su vida en el exilio

Lo agregado ahora a dos de las obras más importantes, de aquel de quien Latinoamérica más que todo conoce a “Platero y yo”, constituye parte de su poesía exiliada. El momento en que se reencontró con el verso después de haber dejado los poemas igual que había dejado a su tierra española.

Pero en La Florida (Estados Unidos), tuvo la oportunidad de instalarse en lo que para él era “una casita andaluza”, junto a su esposa Zenobia Camprubí. Todo le recordaba a su tierra, afirmaría después. “En La Florida empecé a escribir otra vez en verso. Una madrugada me encontré escribiendo unos romances y unas canciones que eran un retorno a mi primera juventud, una inocencia última, un final lógico de mi última escritura sucesiva en España”, escribe en una carta en 1943.

De todo ello versa lo ahora publicado en Madrid, y que bien podría considerarse legado final del autor, según publica el diario El País, de Madrid.