Ganadora de un Oscar

Marion Cotillard va por la Palma de Oro

Marion Cotillard / AFP

Tres años después del triunfo de «El Profeta», coronada con el Gran Premio del Jurado, el cineasta francés regresó al Festival de Cine de Cannes con un filme teñido de realismo sobre el encuentro de dos personajes solitarios y heridos, y su reconciliación con la vida, y también con el amor.

La película -una pequeña joya de emoción- evoca el cruce de dos destinos: el de Stéphanie (Cotillard), una entrenadora de ballenas, que perdió ambas piernas en un accidente, y el de Ali (encarnado por el magnífico actor belga Matthias Schoenaerts), que participa en combates clandestinos para ganar algo de dinero.

El filme – uno de los más esperados de este Festival, que se abrió el miércoles, hasta el 27 de mayo- es una adaptación bastante libre de un libro de relatos del escritor canadiense Craig Davidson.

«Nos basamos en esos relatos, pero queríamos también una historia de amor, así que inventamos el personaje de Stéphanie», dijo Audiard, uno de los cuatro franceses que aspiran a la codiciada Palma de Oro, para la que están en liza 22 largometrajes.

«Son personajes en crisis, que confrontan una sociedad al borde de la barbarie, cuando se ve a gente buscando en basureros para comer», dijo el realizador, quien en sus otras películas -«El Profeta», candidata al Oscar en 2010, y «Lee mis labios»-, da vida también a antihéroes, que deben aprender a sobrevivir en un mundo difícil y cruel.

«Queríamos poner un poco de amor en esta historia», subrayó el cineasta, que filmó su película en la Costa Azul francesa, donde hay un gran inmenso parque marítimo con ballenas, Marineland.

Audiard explicó en una rueda de prensa en Cannes, tras el pase de la película, que la adaptación a la pantalla del libro había requerido dos años de trabajo.

«Hemos sido fieles a la forma, y no a la letra», de esos relatos», explicó el guionista de «Oxido y hueso», Thomas Bidegain.

Son relatos «sobre dos destinos rotos, dos personajes en situaciones difíciles. Y es la historia que queríamos contar: la de dos destinos sencillos que adquieren otra magnitud por accidentes».

«El personaje de Ali así como el de Stéphanie buscan durante todo el film con toda su fuerza física superar esas condiciones: ella su condición de amputada, y él su condición de proletario», explicó.

La película, de impecable factura, resposa totalmente en el trabajo de los dos actores.

Interrogado porqué había escogido a Cotillard y y a Matthias Schoenaerts, Audiard contó que siempre supo que un día iba a trabajar con la actriz francesa, después de que la vio en «Piaf». «Sabía que nuestros destinos se iban a cruzar», contó.

«Quedé muy impactado por ‘Piaf’. Ella es una actriz viril y sensual, capaz de ir hasta el fondo de una emoción. No conozco muchas actrices como ella», dijo Audiard, que descubrió al actor belga cuando vio la película «Bullhead», y lo escogió para el papel de Ali.

El realizador explicó que su película, que precisó efectos especiales, para mostrar a Cotillard sin piernas, y luego con piernas de prótesis, no habría podido ser hecha hace diez años.

«Yo soy nulo para la técnica, pero ahora, el progreso te permite un realismo grande. En diez minutos, se hacían los efectos especiales», exclamó Audiard.

Para Matthias Schoenaerts, el tema central de la película, que en el segundo día del Festival ya provoco especulaciones de un premio, es «la reconciliación, entre hombre y mujer, padre e hijo, hermano y hermana, hombre y animal».

«Aunque no quiero ser muy romántico, ni filosófico, para mí eso es algo muy importante en esta época», concluyó el actor. AFP

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