Tiene la palabra

 

Lea esto, ministro Stirling, y responda

Señor Director de LA REPUBLICA

Dr. Federico Fasano Mertens

 

Es la segunda vez que nos roban y de la misma forma. La primera vez, en febrero de 2000, nos robaron un TV, mucha ropa, 60 CD de

música, 15 de juegos. Pero tuvimos suerte porque no estábamos. De a poco y con esfuerzo fuimos reponiendo las cosas que nos robaron. Pero lo que no pudimos reponer fue la tranquilidad. Nos cuesta salir, al regreso de cualquier viaje nos preguntamos si estará todo lo que con tanto sacrificio tenemos y que no son artículos de lujo, sino lo que cualquier familia tiene y las computadoras que son nuestra principal herramienta de trabajo.

Anoche fue peor, entraron entre las 2 y las 3.30 de la madrugada, recorrieron la casa, abrieron mi cartera, sacaron una caja de cigarrillos, el monedero, $5.000 (Cuota del BHU,crédito de una tarjeta, arreglo de la camioneta que hace más de un mes nos chocaron y que no hemos podido arreglar). Tomaron el maletín de mi esposo, lo abrieron y se llevaron el arma. Ah!… en algún momento sacaron $350 de encima de la heladera (cuota del cable y pan y leche de la semana).

Abrieron una puerta ventana para salir más cómodos y de paso, llevarse el TV que nos trajo Papá Noel. El bebé de 2 años se despierta y mi esposo se levanta. El o ellos se van. Esta vez, fue mucho peor, porque estábamos en casa. En aquella primera oportunidad vino la Policía, sacó huellas dactilares y nos dijo que era difícil y se ve que lo fue porque nunca supimos nada. Ahora también vino la Policía, quedaron de venir en la mañana a sacar huellas y vinieron, pero ya anoche nos dijeron que era difícil… a no ser por lo del arma, claro.

Otra vez el miedo, aterrados por lo que pudo haber pasado y por supuesto preocupados por cómo vamos a pagar las cuentas. Pero esto no importa, lo que sí importa es lo que nos está pasando a todos, el grado de inseguridad en que nos toca vivir. Quien entró, entró jugado y ahora, además, porta un arma. Sabe cómo entrar, cuántos somos, qué edades tenemos, dónde dormimos, qué tenemos.

Es de suponer que nos visitarán las veces que quieran. Ahora, como aquella vez, nos preguntaremos si el cuerpo policial, que reconocemos nos trató impecable, tiene las herramientas e instrumentos necesarios para prevenir y esclarecer estos delitos. Mientras nos respondemos estas interrogantes, seguiremos el consejo que los policías nos dieran anoche: «Y señora, va a tener que poner rejas». Cuando juntemos algún peso, después de pagar las cuentas antes mencionadas, lea esto señor ministro Stirling y responda algo, por dignidad.

Anabela Prieto Zarza – C.I: 3.843.525-3

 

Jorge Alfaro, ¿no es periodista de automovilismo?

Señor Director de LA REPUBLICA

Dr. Federico Fasano Mertens

 

En Fórmula 4, el deporte automotor tiene algo de información en la página de Internet a cargo de Jorge Alfaro y de la Asociación Uruguaya de Volantes (AUVO).

Uno de los hermanos Botta, fue campeón nacional de la formula 4 – 2000. No parecen ser conscientes del esfuerzo que realizan todas las categorías que corren en el Autódromo del Pinar y no únicamente la categoría de Superturismo y sus «pilotos estrella». Muchas veces estos pilotos estrella dejan mucho que desear y el señor Alfaro parece no darse cuenta. Me atrevo a destacar que la AUVO funciona gracias a la cuota que pagan todos los pilotos y no solamente Superturismo, por lo que considero deberían ser los principales defensores de esta categoría y la de todas. No me considero una defensora de los casos perdidos, pero en éste siento la obligación de defender un derecho que es de todos, como es el derecho a la información, el que le está siendo negado no sólo a los pilotos sino a la audiencia en general. Con esta actitud, además ignorante, lo que provocan es el deterioro de una categoría que ha sido iniciadora de muchos pilotos que hoy corren en Superturismo y de personalidades como la de Gonchi Rodríguez, al que hoy en día todos parecen haber apoyado, pero no hacen honor a él apoyando la categoría que lo consagró.

En cuanto al señor Alfaro al que no puedo calificar de periodista, ya que no tiene ni las básicas para llamarse como tal, debería tener la vergüenza suficiente para dejar de lado el amiguismo y la conveniencia y ponerse a hacer su trabajo.

Este señor considera su opinión por sobre la de los demás y   cuenta (vaya a saber uno cómo) con un programa de radio al que no sé para qué invita gente si solamente parece importar lo que él tiene para decir, que dicho sea de paso es siempre muy limitado.

LA REPUBLICA ha sido de los pocos medios que ha demostrado, dentro de sus posibilidades, mayor equidad para todas las categorías y siendo asidua lectora de ustedes, espero apoyo en esta cuestión de publicar mis dichos.

Ciara Pascual – CI: 3.268.318 9

 

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