América Latina. El Banco Mundial elogió a nuestro país, pero señaló inequidades que se deben mejorar

Uruguay es segundo en oportunidad humana pero advierten por rezago escolar y liceal

De acuerdo al Informe de Oportunidad Humana para América Latina y el Caribe, Uruguay ocupa el segundo puesto y tiene algunos de los índices más altos en rubros como el acceso casi universal a ciertos servicios básicos (agua, electricidad) de su población, especialmente la infantil. Sin embargo el Banco Mundial (BM), que elaboró este documento, señala que aún existen desafíos a cumplir para que nuestro país consiga logros propios de las naciones desarrolladas.

Particularmente, el documento indica que es un debe el rezago estudiantil en la escuela y el liceo, y pauta que es necesario finalizar sexto grado a tiempo, un ítem importante para este informe y en el que Uruguay «se encuentra por detrás de los líderes regionales», por ejemplo Chile, primero en oportunidades humanas de la región. De hecho, la finalización de sexto grado a tiempo es «el indicador de oportunidad en el que el país tiene peor desempeño en comparación con otros países» de América Latina y el Caribe. Estos aspectos fueron desarrollados en el informe, que analiza el Indice de Oportunidad Humana (IOH), el cual «permite medir la cobertura de un servicio y la igualdad de esta cobertura», explicó Louise Cord, gerente sectorial del Banco Mundial de la Unidad de Reducción de la Pobreza y Gerencia Económica para América Latina y el Caribe, quien visitó Uruguay para presentar el estudio.

 

Equidad

«De acuerdo al grado de desarrollo del Uruguay, un segundo desafío sería acelerar el nivel de progreso respecto a dimensiones más exigentes de oportunidades de acceso a bienes y servicios, especialmente en el contexto del siglo XXI», añade el documento. Estos desafíos ­dado que el nuestro es un país de ingreso medio y alto- incluyen el acceso universal de la finalización del noveno grado a tiempo (lo que equivale a tercer año de liceo), el acceso universal al saneamiento (en lugar de apostar a opciones como los tanques sépticos) y a las computadores e Internet para niños y adolescentes menores de 16 años.

«Los resultados muestran que hasta 2008 en este tipo de oportunidades más exigentes Uruguay se encuentra muy lejos del acceso universal», indica el Banco Mundial, que explica estas «desigualdades» en la educación de los padres y el ingreso per cápita familiar. Es decir, los niños con padres de ingresos bajos tendrán oportunidades mucho más bajas de terminar el ciclo básico a tiempo y repetirán más años. En cambio, según el informe, «el género y el origen étnico no juegan un papel muy relevante» en estas inequidades.

Por otra parte, el informe aconseja que Uruguay reduzca las brechas existentes entre los diferentes departamentos. Por ejemplo, en cuanto a la finalización del sexto grado a tiempo, San José presenta un Indice de Oportunidad Humana (IOH) de 61 por ciento (apenas superior al de Paraguay), mientras que en Tacuarembó ­el mejor del país- es de 89 por ciento, más alto incluso que el promedio chileno, el mejor de la región.

Para terminar con estas inequidades, el Banco Mundial sugiere «considerar el reajuste de sus gastos (los del país) hacia grupos vulnerables y hacia bienes y servicios donde el IOH se mantiene bajo». «Estos esfuerzos también se deberían enfocar en mejorar limitaciones importantes del lado de la oferta en el sistema educativo», añade.

Otras recomendaciones son incrementar el gasto público social en departamentos desfavorecidos, como Tacuarembó, «mantener los esfuerzos por expandir el acceso a

programas de desarrollo infantil temprano» (la universalización de la educación preescolar se considera un logro), y «mantener los esfuerzos por mejorar la finalización

a tiempo de noveno grado, a través de mejoras en la calidad de la educación que disminuyan las tasas de repetición y abandono escolar luego de sexto y séptimo grado, en especial para los niños del quintil más bajo de ingreso». El BM recuerda que, mientras la mitad de los niños más pobres repitió algún año de Primaria, la cifra baja radicalmente ­al 5%- entre los más ricos.

El informe es crítico con la educación uruguaya: señala que el informe PISA arrojó que el estudiante típico uruguayo «está por debajo del nivel de aptitud del estudiante típico de la OCDE, y los estudiantes del quintil más pobre del Uruguay están peor aún».

Una forma de combatir esta desigualdad es ampliar las Asignaciones Familiares. De este modo, se reduciría la pobreza entre los niños y adolescentes, los más pobres en un país donde se destaca como un logro la reducción de la pobreza y la indigencia en los últimos años, particularmente entre los trabajadores.

Se destaca la efectividad de los sistemas sociales para revertir este dato, pero se indica que aún no se ha hecho suficiente por los más pequeños, lo que afectará «las oportunidades de las generaciones futuras». Todavía no se ha hecho suficiente para «nivelar el campo de juego» para la niñez uruguaya, insiste el estudio.

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