Hallazgo. Restos de naufragios, de culturas indígenas y otros

Tesoros arqueológicos en el río San Salvador

Días después en un predio cercano fueron encontrados vestigios de enterramientos presumiblemente indígenas, más algunos elementos que podrían dar la pauta de la presencia europea.

Casi inmediatamente la Intendencia de Soriano asoció este hallazgo con la ubicación de la antigua Ciudad Zaratina de San Salvador (1574-1577) y que los restos de ese naufragio podrían constituir la evidencia de la presencia portuguesa en la zona. Algo que según el arqueólogo Arcaus todavía está lejos de confirmarse.

Mientras la Intendencia ya afirmó que se trataba de un hallazgo vinculado a la presencia portuguesa en esta zona del departamento, asociándola incluso con que se trataría del hundimiento de alguna nave de Gaboto, los profesionales responsables de la investigación toman distancia, indicando que es muy apresurado realizar afirmaciones concluyentes.

El arqueólogo Aparicio Arcaus explicó los progresos en la investigación emprendida tras los hallazgos en el río San Salvador y en tierra firme. El responsable del Museo Paleontológico Alejandro Berro, de Mercedes, en diálogo con LA REPUBLICA prefirió mantener una postura distante sin afirmar ni desmentir las versiones que han venido circulando. Comentó que la investigación está en etapa preliminar como para realizar afirmaciones concluyentes y que se pretende involucrar a la comunidad de Dolores en el proyecto de investigación y recuperación de estos hallazgos.

Días atrás la subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura, ingeniera María Simon, acompañada del arqueólogo José López Mazz y otras autoridades visitó la zona.

Aproximación

El arqueólogo Aparicio Arcaus, responsable del Museo Alejandro Berro de Mercedes, y que junto a otros arqueólogos enviados por la Comisión Nacional de Patrimonio tienen a cargo los trabajos de investigación de esta zona, dialogó con LA REPUBLICA comentando que «tenemos una variedad de materiales grandes, en cuanto a cronología y tipología. Los materiales son muy variados. Tenemos materiales desde los periodos indígenas tempranos, hasta de fines del siglo XIX, principios del XX». Si bien todavía no se ha podido realizar un análisis exhaustivo de la zona y de los materiales encontrados, puede estimarse según Arcaus que algunas de las piezas podrían tener «una antigüedad de entre 2 mil y 3 mil años», y pertenecieron a culturas «previas a la guaraní». Además «hay material cerámico claramente guaraní, alguna cosa vinculada con la cultura de los ribereños plásticos, y materiales de contacto entre el indígena y el europeo de los siglos XVI, XVII, XVIII, XIX, todo mezclado en el mismo lugar». De acuerdo a crónicas de la época en esa zona del San Salvador existió una reducción misionera, pero el arqueólogo Aparicio Arcaus advirtió: «Nosotros todavía no queremos afirmar esa hipótesis, pero por el tipo de material podemos decir que en ese sitio hubo un lugar de contacto europeo indígena. No sabemos si en carácter de reducción, de contacto, o simplemente temporal. El contacto está, después hay que tratar de establecerlo». Estos hallazgos arqueológicos fueron ubicados en dos zonas, una bajo agua, presumiblemente un naufragio o elementos arrojados al agua en diferentes épocas (maderas, lastre, cadenas, vidrios) y un hallazgo importante en tierra firme: cerámica indígena de diferentes períodos, presumibles enterramientos, entre otras cosas.

Arcaus comentó: «Tampoco diría que los enterramientos son indígenas. Después que podamos exhumar los restos y ver qué tipo de enterramientos son y qué tipo de características tienen, podríamos hablar si son europeos, indígenas o qué. Recién estamos en una etapa de aproximación del sitio. Podríamos decir que tenemos presencia de enterramientos humanos, pero hasta ahí». Comentó asimismo que «actualmente estamos en la etapa de tratamiento de los materiales, sobre todo lo que se ha sacado del agua, porque al cambiarlos de medio sufren un deterioro importante. Entonces para que no se perjudique hay que hacer todo un proceso de tratamiento y de curación de los materiales que implica un tiempo largo y etapas a las que hay que dar una sistematización. En este momento, lo urgente es consolidar esos materiales para que no se deterioren, entonces estamos haciéndoles lavados, limpieza de las sales, para consolidarlos y después poderlos tener al aire libre. En el campo, la próxima etapa sería alguna recolección superficial de materiales, y lo que nosotros llamamos abordajes no intrusivos, que no implican intervenir en el sustrato, llámese un sondeo o una excavación. Por ahora en estas primeras etapas no está previsto. Prevemos abordajes no intrusivos que son, por ejemplo, el estudio del ambiente en esas épocas, a través de fotografías aéreas, crónicas históricas; para tener una idea de cómo se formó el lugar».

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