Veranear en el Oeste. Un balneario que crece año a año, a sólo 100 kilómetros de Montevideo

El encanto de Boca del Cufré: playa, pesca, puestas de sol y largas caminatas

Una amplia playa, con kilómetros de arena, se presta para realizar largas caminatas. El arroyo Cufré es preferido por muchos para navegar o simplemente tirar un anzuelo a ver qué depara la suerte. Paseos en lancha o en bote permiten disfrutar de la belleza agreste del lugar; el monte indígena y el bosque autóctono le dan ese marco natural que tantos turistas buscan para sus vacaciones.

La pesca es una de las más grandes atracciones de la zona. Sale mucho sábalo, dorado, algún patí, mochuelo, pejerrey (según la época) y bagres de todos los tamaños. Pescar a la encandilada, en la playa, es muy común en las noches cálidas, de leve brisa.

La playa tiene su encanto: hay mucha sombra, especial para quienes sólo van a pasar el día; los médanos de arena y los pinos son la principal característica del lugar… Y ese olorcito a humo de los fogones, que invita a quedarse. Es como el símbolo que nos envía la información al cerebro: «estamos de vacaciones».

 

Playa natural

En Boca del Cufré hay baños públicos en excelentísimo estado, tema que es muy agradecido por los visitantes. Por tercer año consecutivo, el balneario fue refrendado como «Playa Natural de Gestión Ambiental Certificada», lo que implica mejoras y servicios en forma permanente en la zona.

Este año se sumó la inauguración de la Rambla, con una calle más ancha y mejor iluminada y una nueva caseta de guardavidas en la última bajada a la playa. Para quienes conocen el balneario «está cada día más lindo».

Se abrieron algunas calles nuevas y la cantidad de viviendas continúa creciendo. «Hay 50 viviendas más este año; es impresionante lo que va creciendo el balneario», dice Ariel Rodríguez, encargado del camping y del Parador Tropical..

El paseo en la escollera, hasta saber finalmente qué va a pasar con ella, es muy visitado por los turistas. Con bancos, y buena iluminación, es un lugar ideal para ver la puesta de sol, que, en el Oeste, tiene un encanto especial.

Un mirador de madera en medio de la playa se llena por las tardecitas, a la hora del mate. Para quienes prefieren salir por las noches, hay cenas show todos los sábados en el Parador Tropical. En el Club Náutico y de Pesca, música en vivo todos los fines de semana. Las maquinitas concentran la atención de niños y jóvenes, a toda hora.

Muchas argentinos y paraguayos eligen la playa como lugar para pasar sus vacaciones. También llega a la Boca mucha gente de Durazno, Montevideo, Canelones y Colonia. «Año a año se suma cada vez más gente», dice Rodríguez. Se calcula que el fin de semana visitaron el balneario unas 14 mil personas.

El camping tiene un costo de $250 la parcela, hasta cinco personas. Hay un total de cien parcelas a disposición (de seis por cinco metros). Los clásicos parrilleros ya no están en el predio, y sólo se puede hacer fuego en el suelo, por lo que se recomienda a los acampantes llevar su parrilla. Cada parcela cuenta con tomacorrientes. El agua caliente para las duchas funciona de 20.00 a 23.00 horas. En los baños hay piletas para mayor comodidad de los veraneantes.

Aún quedan lugares disponibles para alquilar durante la segunda quincena de enero y para el mes de febrero. Los precios oscilan entre los 600 y 1200 pesos.

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