SEXO EN EL VERANO Pero que los hay, los hay...

¿Cuáles son los afrodisíacos más efectivos?

Un afrodisíaco es cualquier sustancia que enciende el deseo amoroso o aumenta el ardor sexual. Algunos tienen su fundamento científico y otros actúan por impulso de la imaginación. El nombre deriva de Afrodita, divinidad femenina griega relacionada con el amor, la fecundidad y la energía.

Los afrodisíacos han existido a lo largo de la historia en todas las culturas.

En el Kamasutra, el tratado erótico más conocido del mundo, se recomiendan la miel y la leche para potenciar la energía sexual. En China se usa el gingseng. En otras partes del mundo confían en ciertas partes de algunos animales: en África el gorila y el rinoceronte, en Japón el tiburón, en Noruega el pene de los renos, en Cuba y México los huevos de carey, los ostiones y los cangrejos «sirí».

Algunos alimentos tienen fama de afrodisíacos por su forma sugestiva (las ostras, la banana), otros por su condición energética (chocolates, maníes, mariscos, miel, dátiles). También son famosos la Yohimbina, alcaloide estimulante derivado de una raíz africana, y el guaraná.

Entre los fármacos, exceptuando el milagroso Viagra que abordaremos en otra ocasión, se cita el nitrato de amilo o popper, una droga usada por los cardíacos como vasodilatador que aspirado durante el orgasmo produce una sensación de mareo y de cámara lenta.

La vitamina E, conocida por su poder antioxidante, incrementa la producción hormonal y tiene en general un efecto favorable sobre la vida sexual.

 

Benditas feromonas

Como se sabe, los animales emiten olores naturales que atraen hacia ellos a sus parejas del sexo opuesto. Se llaman feromonas a las sustancias que producen tales olores. Hace poco tiempo se confirmó la presencia de una poderosa feromona en la transpiración. Las feromonas son los afrodisíacos químicos naturales por excelencia.

En este sentido, convendría revisar los conceptos de higiene aceptados hoy en día, ya que quizás en aras de oler «bien» hacemos un uso excesivo de sustancias desodorantes. El olor a sudor y el generado por los genitales y otras partes del cuerpo tiende a actuar como el más poderoso de todos los afrodisíacos, conforman un universo de olores que predisponen a la práctica del sexo. La ventaja es que no tienen ningún tipo de contraindicaciones y que para su uso, todo depende del tipo de relación que se establezca en la pareja.

 

La mente que para y moja

Por lo general, los mejores afrodisíacos resultan ser la buena salud, el ejercicio la ausencia de estrés y la atracción mutua con nuestra pareja, sumado al afrodisíaco imprescindible de la variación. El peor «corta mambo» del amor y la pasión es la rutina.

Ya no estamos en la antigua Grecia, cuando se pensaba que si un hombre conseguía hacer gozar a una mujer esta concebía un varón y si era ella la que lo hacía con su compañero concebía una hija. El caso es que muchas personas, hoy como ayer, queremos que nuestras parejas «enloquezcan de placer» y no parece indebido experimentar, además, con recetas o productos estimulantes, sin olvidar que la mente es el afrodisíaco más potente.

Dedicar el tiempo suficiente a hacer el amor, contarle fantasias y deseos a tu pareja, recrear la música que nos recuerde momentos eróticos, expresarle cuánto nos excitan sus atractivos físicos y sentimentales, resultan afrodisíacos infalibles.

Fue Séneca que, parafraseando a Ovidio, escribió, posiblemente para su discípulo Nerón: «Te enseñaré un filtro sin pociones, sin hierbas, sin ningún encantamiento de bruja: si quieres ser amado, ama».

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