Yo “Kikí”, tú “Kikí”

5a2c152c0a86e

Esa ola animal, salvaje e ignorante que inmediatamente levanta cada golpe duro de la crónica policial; aterra. Angustia. Arroja una enorme oscuridad sobre cualquier futuro a sospecharse para nuestras sociedades y también; por si con esto no alcanzase, revela la podredumbre y toda la miseria de ese horrendo pozo donde nuestra pulsión brutal y homicida – particular o colectiva – trata de liberarse ni bien pueda y la dejen.

Hay lecciones históricas que estamos condenados a repetir cada un par de generaciones. Parecería que si y no se si haya mucho para hacer al respecto. Parecería que toda enseñanza; que toda conclusión es olvidada por mero olvido y porque también hacemos nuestro mejor esfuerzo para olvidarla. Olvidamos – o nadie nos lo enseñó jamás – que el primer objetivo de toda civilización es controlar de una manera u otra esa bestia para atarla y reducirla a su mínima expresión para hacer así más o menos posible la convivencia en sociedad. Imposible descartar el olvido. Imposible dar por sentado lo elemental porque a las primeras, segundas o terceras de cambio aparece la horda.

Una horda de padres, madres, hermanos, buenos compañeros de trabajo y toda clase de gente que limpia siempre la caca de su perro, trabaja todos los días y no debe un peso en las tarjetas que sale a pedir por penas de muerte, por sogas, por alambradas y cadenas perpetuas, por militares en las calles, por arietes partiendo puertas de ranchos en la mitad de la noche, por bala limpia, por palo y por presos de 12, 13 o 14 años con condenas que les cuadrupliquen la edad; por el dinero que se gasta en mantenerlos, por jueces, por leyes, por picanas o por cualquier otra cosa que – real o imaginaria, razonable o delirante – justifique ese mismo instinto asesino que ni siquiera saben que también los encharca liberando al bruto. La misma mugre sociópata que los escandaliza. El mismo instinto predador del que piden protegerse.

Un gigantesco ejercicio de psicología invertida inunda las redes vindicando sangre, haciendo cuentas, catalogando muertos y reclamado por mal; por mucho más mal como única respuesta posible para el combate del mal que crea por si misma.

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje