EDUCACIÓN

Los jóvenes son quienes tienen una mejor opinión sobre el sistema educativo

El presidente del Consejo Directivo Central (CODICEN) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Wilson Netto, destacó que los jóvenes entre 18 y 29 años son quienes tiene una mejor opinión sobre el sistema educativo.

Netto analizó, en entrevista con LARED21, los resultados de la reciente encuesta sobre la educación pública uruguaya.

En dicho marco, el jerarca resaltó que quienes realizan una mejor evaluación del sistema educativo son los jóvenes.

-Entre los estudiantes existe una evaluación positiva sobre el sistema educativo. 

-Sí. En varias de las preguntas se observa una opinión muy positiva según la percepción de los jóvenes de entre 18 y 29 años. Es la opinión de quienes están o estuvieron involucrados hasta hace muy poco y pueden tener una evaluación más directa de qué le aporta el sistema, y han vivido esta nueva estrategia de enseñanza.

En la formación tecnológica se notan la diferencias a favor, es decir cuando expresan que tienen una buena imagen lo hacen con mayor grado las personas más jóvenes.

Generalmente las personas de mayor edad son las que tiene una visión más pesimista del sistema.

El sistema en su conjunto se está transformando, la sociedad se está transformando y este material es muy importante para poder encontrar un nuevo pacto con la sociedad, sobre cuál es el rol que tiene que tener la educación y qué función debe tener en la sociedad.

-¿Y cuál sería esa función?

-Tener la capacidad de encontrar caminos que permitan formaciones en nuestros niños y jóvenes que le ayuden a decodificar el mundo en que habitamos y el que se viene y sobre el que a veces tenemos pocos elementos para saber qué nos demandará. Tiene que haber una formación de carácter integral con nuevas competencias a desarrollar que les permita intervenir en ese mundo.

Uno puede formar a las personas para que observen y describan las situaciones o los problemas de la sociedad, pero es muy distinto a una educación que forme a individuos que tengan la actitud y el conocimiento para transformarla.

-Cuando en el estudio se plantean “los cambios” allí aparecen números que no son alarmantes, pero los encuestados consideran que en donde se debe avanzar más es en la mejora de los procesos de aprendizaje y enseñanza. Sin dudas hay que apuntar a ello.

-Sin lugar a dudas. Es importante modificar las prácticas de aula, observar lo que hacen los docentes como agentes de cambio o constructores de políticas, porque están organizando el conocimiento de manera diversa y ni siquiera los planes de estudio que ellos están desarrollando han madurado como para tener un sistema de evolución que puedan respetar esa forma de trabajo.

Por ello, la ANEP aprobará  un marco de evaluación, más allá del plan de estudio que se desarrolle, que habilite a los docentes en forma colectiva, a desarrollar procesos de evolución.

Algunos ven esto como que la administración quiere mejorar los números, entonces planteamos: ¿Las personas son números a mejorar en una gestión? o ¿las personas, los niños, los jóvenes tienen derecho a desarrollarse en forma integral y la educación es un elemento clave que tiene que transformarse y hacerse cargo? ¿Hablamos de números o de personas que tienen que desafiarnos desde el punto de vista profesional e institucional para dar verdaderas oportunidades de desarrollo?

También está el lugar de los docentes. Cuando avanzan como agentes de cambio tenemos que darles el respaldo y el respeto para que procesen las evaluaciones correspondientes a sus estudiantes.

Aquel sistema basado en la desconfianza y donde a la gente le costaba mucho involucrarse en los problemas, hoy está cambiando.

Allí aparecen visiones conservadoras que tratan de llevar el sistema a su estado de equilibrio anterior, y personas que trabajan para ubicar el sistema educativo en función de la educación como un derecho y los desafíos que tiene en nuestra sociedad.

Trabajamos para una sociedad que distribuya las oportunidades en forma igualitaria para todos

Nosotros trabajamos para una sociedad que distribuya las oportunidades en forma igualitaria para todos, pero eso no quiere decir que sea un sistema laudado donde se pretende un sistema de oportunidades para algunos.

Un sistema basado en la desconfianza es vertical, central, en el cual se le da al docente el lugar de dador de clase. Pero cuando el docente pasa a ser un agente de cambio hay personas que lo miran con preocupación y sienten que tal vez la supervisión tiene que estar dada desde de la centralidad.

Sin embargo, no se tienen en cuenta las pautas y garantías muy claras de cómo se debe operar con un nuevo profesional, que asume comprometerse con los jóvenes desde otro lugar.

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