Carta abierta de Juan Pedro Rivas: En nombre de los últimos de la fila

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Antes de editar “Pasquin”, que impreso llevara estos mensajes a los confines de los barrios a través de nuestros carritos, bicicletas, limpiaparabrisas, domesticas y demás compañeros de la vida, debo agradecer a diferentes amigos, la oportunidad de presentarme en Medios de tanto prestigio, debo aclarar que lamentablemente no le he solicitado lo mismo a mi hermano de la vida, el negro Washington Beltrán, Director de el País, por una cuestión de ética y sensibilidad.

Generalmente desde chico, escucho y sigo sus consejos, pero en esta oportunidad no solo no pude hacerlo, sino que avance pasos que ni yo mismo imaginaba.

Él me aconsejó no rozar 25 años de dedicación social con una actividad política y aunque mi espíritu le concedió la razón; hice lo contrario.

A raíz del conflicto sucedido en Carrasco Norte, por la muerte de un ciudadano, y al escuchar opinar a todos menos a las madres y abuelas del barrio; mis hermanas de la pobreza, de la reunión de Asentamientos y Barrios del Norte, me solicitaron abandonar la Fundación Winners y que yo las acompañara como asesor de comunicaciones para tentar una banca en el Parlamento, basada fundamentalmente en los que no votan o votan en blanco, en los adolescentes, en los  desconformes en los nini y descreídos.

Una tarea digna porque significa recuperación de ciudadanos para ampliar el sistema electoral y profundizar la democracia.

Se reunieron y por mayoría decidieron intentarlo dentro del Frente Amplio.

Les dije que sí, que pondría todo mi empeño en la faceta de comunicaciones y  ellas además,  me honraron otorgándome el lugar 25 en la lista a la diputación, a lo que también dije sí y comprometí mi nombre en esa tarea, asegurándoles que pondría toda la pasión con la que encaro mis actividades de la vida y los mandados que me encomiendan. Para mí es un orgullo integrar lo que una Periodista llamo “La Lista de las Sirvientas”.

Me pareció un retorno para quienes desinteresadamente me acompañaron en la Fundación Winners durante más de 20 años.

Por ello, pondré mi vida literal y físicamente hablando, al servicio de la causa y del Partido al que me afilie a los 66 años (única afiliación en mi vida), asumiendo ese compromiso de tanta magnitud para quien hace de la responsabilidad cuestión de honor.

Claro que con la renuncia firmada, presentada y aceptada para que el día 25 de noviembre de 2019, quede yo desvinculado de esta o  cualquier corporación política y pueda seguir mi vida normal y escribir la segunda parte de mi libro” Cuentos de riquezas miserables”.

Ahora bien, no valore solo el aspecto humano y sentimental (que para mí es esencial en la política) de responder a mis hermanas y hermanos de la pobreza, lo hice con la más clara convicción ciudadana y patriótica, mente fría y corazón caliente.

En momentos en que Latinoamérica se produce una escalada de los viejos sectores tradicionales, algunos de ellos maquillados y otros abiertamente al servicio de los grandes capitales y de los poderosos, entendí que cualquier granito de arena que modestamente  pudiera aportar a la causa de los mas infelices y menos privilegiados significaría mucho, para mi vida y para la gente que quiero.

Así fue que ingrese al Frente por la puerta de atrás y el 25 de noviembre de 2019, me iré humildemente también por la puerta de atrás, rogándole a Dios que con la escases de recursos que padecemos, podamos conseguir un puñado de votos que  significaran en la practica la semilla que siente las bases de un Movimiento, que seguramente con el correr del tiempo se multiplicara, porque estoy seguro que a la larga la victoria será de ellas y ellos.

«Hay muchos que conservan la pureza y la humildad de entender que el poder es servicio»

No espero compensaciones ni siento temor alguno de ser rechazado o desplazado, porque asumo que soy Nadie, y sé que en las colectividades políticas a veces se marginan a ciudadanos ilustres, por tanto no será para mi motivo de agravio algún desaire o ninguneo.

Creo además, que las circunstancias han cambiado y que actualmente, aun con excepciones, el Frente presenta mayor apertura y tolerancia.

No vengo a adular ni a ser adulón, por el contrario vengo a plantar aguijones.

Y así como digo que este Partido, al que serviré con dedicación y lealtad es el que me ha demostrado mayor preocupación por los míos, digo también que se está llegando a la enfermedad que consumió a los Partidos Tradicionales.

Muchos operadores políticos seducidos por el ejercicio del poder “o de la excelencia de la gestión” han tomado y toman distancia de la gente, se han transformado en personajes indiferentes e insensibles a imagen y semejanza de los anteriores, no disponen un minuto de su valioso e importante tiempo para otorgárselo a quienes somos los últimos de la fila.

«A veces es necesario dejar el cómodo sillón e ir a compartir donde campea la miseria»

Tampoco atienden sus secretarios, por recarga de ocupación debido a la súper ocupación de sus mandantes, de modo que el país se transforma en miles de caciques grandes y pequeños que no tienen tiempo, que siempre están de reuniones importantes, y abajo en la jungla de la Administración Estatal y Privada, los comunes nos debatimos sin derecho al pataleo porque no hay interlocutores con tiempo para escuchar.

Lo positivo, es que hay muchos que conservan la pureza y la humildad de entender que el poder es servicio.

Y que el servicio, no significa solamente otorgar beneficios materiales, puesto que lo esencial es atender al ser humano e integrar a la gente. Por eso tengo fe y vale la pena luchar.

A veces es necesario dejar el cómodo sillón e ir a compartir donde campea la miseria o donde todo es aparentemente normal, donde silban las balas  y el ser humano debe refugiarse en organizaciones inescrupulosas que con el simple expediente de brindar esperanza, se alzan con lo poco que tienen los humildes y todavía los fanatizan en temas  políticos.

Y por la inversa también vale la lucha: porque los Partidos opositores no solo conservan los rasgos de distanciarse de la gente, y no hablo solo de los pobres, sino de la gran mayoría de la clase media, de los desprotegidos por las corporaciones y aun algunos ricos.

Distantes con soberbia y el seño adusto, amantes de la confrontación, el rezongo, el rictus amargo que campean en el escenario político y contribuyen a polarizar las corrientes radicalizándose, aplastando sectores y cerrando puertas al “hijo del vecino”.

Los serios y circunspectos ya no dan lugar  a los Amílcar Vasconcellos, los Maneco, los Fernández Crespo, o Víctor Haedo, quiero equivocarme, pero quizás ni siquiera para el propio Jorge Larrañaga, es más, si me apuran y se me permite una chanza, ya no queda lugar para la cancha, el mostrador, el gracejo peculiar y glamoroso que engalanaban al Cuqui padre.

Esto es peligroso.

Le pido a la gente común que quiera aconsejarme, mostrarme errores o agregar argumentos, puede encontrarme en 099 669336 / juanpedroribas@gmail.com  y en cualquier hogar o esquina de Montevideo donde quieran citarme.

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