Jóvenes privados de libertad trabajan en Animales Sin Hogar

Hace algunos meses, personeros del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (INISA) se acercaron hasta la organización Animales Sin Hogar (ASH), una agrupación de voluntarios que reciben, rescatan y rehabilitan animales que han vivido en situación de calle, en esclavitud para mover vehículos de tracción a sangre o bien que han sufrido maltrato.

Los de INISA querían entablar una relación que por fin se anunció en estos días: jóvenes privados de libertad se suman a los esfuerzos de ASH, para ayudar a cuidar y dar cariño a más de 1.900 animales que viven en su chacra de Canelones.

«En INISA estuvieron estudiando la propuesta y un tiempo después nos avisaron que si, que les parecía viable que algunos chicos fueran todos los días a ASH a ayudar en las tareas diarias. Es así que desde hace un par de meses están viniendo, de lunes a viernes, a la chacra de ASH algunos chicos que hoy se encuentran privados de libertad, ellos trabajan a nuestra par, devolviendo la dignidad a tantos animales», explicó ASH en un comunicado.

Segundas oportunidades

«En ASH creemos en las segundas oportunidades, ¡es lo que venimos haciendo desde nuestro comienzo! Creemos que ese perro con problemas de comportamiento, ese gato enfermo, ese caballo con tres patas… merecen una segunda oportunidad, muchas veces lo logran y muchas veces no, pero la mano les tendimos y lo intentamos», explican los animalistas. Bajo esa misma premisa es que decidieron abrirles las puertas a los muchachos que requieren una nueva chance para regresar a la sociedad y hacer un aporte positivo y enriquecedor, tanto para ellos como para los demás.

Las autoridades de INISA han estado atentos y preocupados por los jóvenes. «Los chicos han conocido a muchos de nuestros amados animales, los que ustedes conocen, con esas historias tan duras, que uno tantas veces piensa que increíble que lograra salir adelante, que increíble la fuerza de voluntad a pesar de todo lo que ha sufrido, maltratados, descartados, abandonados por la sociedad… bueno, eso es lo que ellos ven a diario al estar en ASH, ¡que hay que meterle ganas y fuerza! Que si le ponemos empeño se puede mejorar y nuestra realidad cambiar», agregan.