SEGURIDAD    

Las rapiñas bajaron 11% en lo que va del año en comparación con 2016 y 12,3% en relación a 2015

El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, aseguró que las rapiñas bajaron 11% en el primer semestre del año, en comparación con igual período de 2016 y 12,3% si se comparan las cifras con el año 2015.

Foto de Presidencia.
Foto de Presidencia.

Bonomi participó este miércoles 28 de junio en el ciclo de almuerzos de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM).

En dicho ámbito, el secretario de Estado aportó datos sobre la evolución de las rapiñas en lo que va del año y en el marco de la aplicación del Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO).

En tal sentido, Bonomi aseguró que en los primeros seis meses del año “las rapiñas descendieron 11% en comparación a igual período de 2016 y 12,3% en relación a 2015”.

También vaticinó que entre diciembre próximo y febrero de 2018 “se estima que ese delito bajará un 15%”.

Aseguró que el año pasado en los barrios donde se desplegaron los 1.000 efectivos del PADO, “las rapiñas descendieron un 40%, y en calles específicas la reducción llegó al 60%”.

Indicó que “en 2015 se registraron 21.132 rapiñas y lograr un descenso de un 30% -que es una de las metas del gobierno- implica llegar a 14.792 rapiñas, unas 6.340 menos”.

“En el año 2016 se inició el descenso y se llegó a un 3,8%, lo que implica 800 rapiñas menos”, remarcó el jerarca.

Reducción del 30%

Asimismo, Bonomi expresó que entre diciembre del 2018 y marzo del 2019 la proyección es reducir las rapiñas en un 24%.

“Seremos el primer gobierno en terminar su mandato con menos rapiñas que cuando comenzó, delito que habrá bajado 30% al finalizar 2019”, aseguró Bonomi.

Destacó el objetivo se basa en cuatros pilares: “El nuevo sistema del Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO), la extensión de la videovigilancia, la mejora tecnológica y de equipamiento policial, y la mayor capacidad de análisis criminal y de construcción de escenarios”.

Además en de abril pasado comenzó a aplicarse el “PADO 2.0” -que implica ajustar el despliegue y redefinir las zonas en la medida en que el análisis de la conducta criminal identifica nuevos patrones de desarrollo del fenómeno delictivo-, y en este segundo semestre del año comenzará la colocación masiva de cámaras de video-vigilancia en el área metropolitana y zonas estratégicas en el interior del país.

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