BORRANDO EL LEGADO OBAMA

Trump vuelve a romper relaciones con Cuba: “No apoyaremos al monopolio militar que oprime al pueblo”

El Gobierno estadounidense limitará los viajes de sus ciudadanos a la isla, y prohibirá algunas relaciones comerciales.

Foto: Silvina Font
Foto: Silvina Font

Donald Trump decidió destejer el complejo proceso político que elaboró la administración Obama en cuanto a las relaciones con Cuba. De nuevo, hay frí entre Estados Unidos y la isla caribeña, una marcha atrás en el proceso de apertura.

Desde ahora, los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba estarán limitados y estarán prohibidas las relaciones comerciales con el conglomerado militar (60% de la economía) y retoma la retórica que se aplicó por tantos años. “Ha nacido una nueva política. Doy por cancelado el acuerdo de Obama. No apoyaremos al monopolio militar que oprime a los cubanos”, dijo Trump en un discurso celebrado por los anticastristas.

Trump ha demostrado ser impredecible en todo, excepto en contradecir y destruir todo el legado de las dos administraciones de Barack Obama: ya lo viene haciendo con el Obamacare, las políticas sobre cambio climático y calentamiento global, y ahora con el deshielo de las relaciones con Cuba.

Algunas medidas no cambiarán: la Embajada de EE.UU. en La Habana permanecerá, no se prohibirán los vuelos comerciales ni cruceros y tampoco se restablecerá la norma «pies secos, pies mojados».

El deshielo es historia

Los días de la correcta diplomacia entre Estados Unidos y Cuba quedaron atrás. Aquel apretón de manos entre Obama y Raúl Castro, en Ciudad de Panamá, ahora será solo una foto para recordar.

Cuba vuelve a la lista de non gratos del gobierno norteamericano. “Sabemos lo que pasa ahí y no lo olvidamos. Cuba debe legalizar los partidos, permitir elecciones supervisadas, liberar los presos y entregar a los fugitivos. Mientras no haya libertad, habrá restricciones”, dijo Trump en el simbólico Teatro Manuel Artime de la Pequeña Habana, Miami, edificio nombrado en honor de uno de los líderes de la Brigada 2506 que desembarcó en Bahía de Cochinos para tratar de derrocar a Fidel.

Su discurso giró en torno a ensalzar a los anticastristas y a defenestar el sistema político de los hermanos Castro. Les acusó de dar amparo a criminales y fugitivos y hasta se atrevió a compararlos con Corea del Norte, con el terrorismo internacional y con el hervidero político de Venezuela. “En la Habana siguen gobernando aquellos que mataron a miles de sus ciudadanos”, remachó para justificar su “nueva política” bilateral.

El gran perdedor, en primera instancia, es el sector turístico. Si bien el turismo seguí prohibido durante la administración Obama, se habían creado 12 categorías para que los estadounidenses pudieran visitar la isla. Mientras que en todo 2016 viajaron cerca de 285.000 estadounidenses a Cuba, esa cifra fue sobrepasada con creces en los primeros cinco meses de este año, una tendencia que ahora se revertirá indudablemente.

 

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