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Cortisol: la hormona del estrés que no te dejará adelgazar

¿Has estado haciendo ejercicio y dieta pero aún no vez resultados?, entonces deberías saber que adelgazar no depende tanto de las calorías como de las hormonas, sobre todo cuando nos encontramos estresados.

adelgazarCuando uno está estresado, se libera una hormona en particular llamada cortisol que es clave en la pérdida de peso, pero ¿Cómo mantenerla equilibrada para que no funcione como un obstáculo en nuestro objetivo?

Está claro que el estrés no hace ningún bien, menos aún si lo padecemos por largos períodos y se vuelve crónico. Además de todas las consecuencias bien conocidas que trae, puede ser el culpable de que no adelgacemos y también puede hacer que retengamos más grasa. Todo esto gracias al cortisol, que aparece en escena en situaciones de estrés.

Cuando nos estresamos lo que sucede es que el hipotálamo, una pequeña parte en la base de nuestro cerebro, manda una señal de alerta a nuestras glándulas suprarrenales que están situadas en la parte superior de los riñones. Rápidamente dichas glándulas comienzan a liberar una serie de hormonas para luchar contra ese estrés y entre ellas se encuentra el cortisol. El estrés no solo puede ser desencadenado por cuestiones psicológicas (situaciones que nos preocupan en exceso y a las que el cuerpo termina respondiendo) sino que también puede generarse al realizar una actividad física excesiva, por descanso insuficiente o por bajadas fuertes de azúcar.

Consecuencias del cortisol elevado

El cortisol genera que aumente el nivel de azúcar en sangre e incremente la presión sanguínea para enviar cantidades masivas de energía a los músculos. Esta reacción no es algo que se haya generado en la época actual por el frenético ritmo y estilo de vida sino que existe en nuestra naturaleza desde hace mucho tiempo. La explicación evolutiva de esta hormona es que cuando se nos presentaba una amenaza (animal o enemigo salvaje), el cortisol se elevaba rápidamente con el objetivo de prepararnos para luchar o huir pero su acción estaba pensada para durar tan solo unos minutos, no algo crónico como lo es normalmente ahora.

Cuando esta hormona esta alta, todas las funciones anabólicas de recuperación, renovación y creación de tejidos se paralizan y el organismo cambia a un metabolismo catabólico para resolver la situación de alarma. La consecuencia principal de esto es que podemos almacenar un exceso de grasa como instinto de supervivencia.

Hay que tener en cuenta que esto sucede cuando el estrés es prolongado por más tiempo de lo normal (mayormente por cuestiones psicológicas generadas por nuestro estilo de vida) y el nivel de cortisol se mantiene elevado por mucho tiempo. En casos más severos se puede llegar a desarrollar el conocido Síndrome de Cushing (hipercortisolismo).

Meditar, hacer yoga, cambiar malos habitos o realizar actividades que nos gusten y ayuden a relajarnos también deben ser parte de nuestra vida si queremos mantenernos saludables. Aquí te dejamos una lista de otras consecuencias que pueden afectar tu organismo con el simple hecho de mantenerse estresado por tiempos prolongados.

• Aumenta la obesidad en el tronco, lo que supone una redistribución de nuestra grasa: tendremos más grasa en la zona abdominal y menos en los brazos y las piernas.
• Hipertensión.
• Cansancio permanente, aunque nuestra actividad no sea muy alta.
• Dolores de cabeza.

• Descalcificación de los huesos.
• Falta de apetito o gula desmesurada.
• Problemas digestivos.
• Dolores o calambres musculares y disminución del volumen y fuerza muscular.
• Disminución de las defensas.

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